La enfermedad del hígado graso no alcohólico se ha convertido en la condición hepático-crónica más común, alcanzando un 25,2% de la población global. América Latina es una de las zonas del mundo más afectadas y en Chile su prevalencia es alta, variando entre el 24% y el 39%, dependiendo de la metodología de evaluación.
Uno de los catalizadores de esta enfermedad es el factor socioeconómico:“Por nuestra cultura y nuestro sistema social, el hígado graso es una enfermedad discriminadora, comer sano es caro; además su forma de detección más temprana es la resonancia magnética, que es uno de los exámenes más costosos y de difícil acceso”, comenta el académico de la Facultad de Ingeniería UAH, Cristóbal Arrieta, quien agrega que esta evidencia muestra la necesidad de estrategias integrales para abordar este problema de manera equitativa.
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Contribuyendo al diagnóstico
Esta investigación une la tecnología con la salud y es una colaboración del profesor Arrieta junto a equipos de investigación de la Pontificia Universidad Católica; el Instituto Milenio en Ingeniería e Inteligencia Artificial para la Salud iHEALTH; y el candidato a doctor Juan Pablo Meneses. Consiste en un nuevo método que combina resonancia magnética e IA para aportar en la detección y monitoreo de la enfermedad de hígado graso por medio del avance en tecnologías de diagnóstico.
La resonancia magnética permite detectar el hígado graso en sus etapas tempranas, cuando aún es reversible. Sin embargo, el acceso a esta tecnología sigue siendo un desafío. Existen pocos resonadores magnéticos en Chile y en la región en general, por lo que la necesidad de reducir costos, haciendo un uso eficiente de los equipos disponibles, se vuelve imperativa para hacerla más accesible a la población.
Este equipo de investigación desarrolló métodos innovadores basados en inteligencia artificial para optimizar la obtención de imágenes de alta calidad diagnóstica utilizando la mitad de información que los métodos convencionales. Esto se logra mediante el uso de una red neuronal con múltiples decodificadores que posibilita la cuantificación de grasa en todo el hígado de forma eficiente.
Según Arrieta, se trata de “un sistema entrenado con datos de cientos de hígados que permite una caracterización precisa de la distribución de grasa en el órgano, reduciendo a la mitad el tiempo necesario para este examen, lo que significaría un aumento de atenciones y disminución del costo” del procedimiento.
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Si bien esta innovación representa un gran avance, el equipo de investigación destaca la necesidad de un abordaje interdisciplinario de la enfermedad, con estrategias de salud pública que consideren el contexto social. En los últimos años, la definición de esta enfermedad está en discusión hacia el nuevo concepto de “enfermedad de hígado graso asociada a la disfunción metabólica”, íntimamente relacionada a otras condiciones como obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. La resonancia magnética mejorada con IA cumplirá un rol clave como herramienta de monitoreo no invasivo en este nuevo paradigma. Por lo tanto, la mejora en su acceso es una tarea fundamental para el sistema de salud. En eso está enfocado este grupo de investigación.