A 50 años del inicio del Comité de Cooperación para la Paz en Chile (COPACHI), en la misma instalación que fuera la primera en acoger a la organización (hoy salas de clases de la Universidad Alberto Hurtado), se rindió un emotivo tributo a su labor, dando por inaugurado el mural “Memoria Calcárea”: un recordatorio de los horrores de la dictadura.
La ceremonia contó con la presencia de destacadas autoridades, entre ellas, el vicario general de la arquidiócesis de Santiago y obispo auxiliar, monseñor Alberto Lorenzeli; la representante de la Iglesia Luterana, Izani Bruch, capellana de La Moneda; Tomás Scherz, vice gran canciller de la Universidad Católica.
También asistieron representantes de organizaciones de derechos humanos, como la presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), Alicia Lira; la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), Gaby Rivera; la directora ejecutiva del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, María Fernanda García; la expresidenta del mismo museo y exvicepresidenta de la Comisión Valech, María Luisa Sepúlveda.
En la instancia, el rector Eduardo Silva SJ valoró las acciones de quienes participaron activamente: “Hoy conmemoramos estos 50 años y reconocemos una vez más a quienes fundaron el Comité. Estamos conscientes de que tenemos que agradecer este empeño y humanidad solidaria”, remarcó.
Otro de los trabajadores activos fue el abogado Jaime Esponda, quien habló en representación de sus coterráneas de la época. La tarea del Comité —recordó— comenzó atendiendo a trabajadores desvinculados de empresas públicas: “El contexto era inquietante; un contexto de terror, pues se sabía de los cadáveres flotantes en el río Mapocho, de allanamientos y detenciones masivas. Poco a poco comenzaron a sumarse las filas de familiares de detenidos cuyo paradero se desconocía”, contó.
Victoria Baeza, trabajadora social del Comité Pro Paz, también compartió emotivas palabras durante la ceremonia: “Todos recordamos el día en que nos reunieron para comunicarnos la exigencia del dictador. Una carta insolente, llena de amenazas que en una parte dice Invocando su buena comprensión es que estimo de toda conveniencia se adopten las medidas pertinentes. El cardenal Silva Henríquez las adoptó dando inicio a la Vicaría de la Solidaridad”.
El abogado y director ejecutivo de Amnistía Internacional Chile, Rodrigo Bustos, quien además es familiar directo de personas acogidas por la organización ecuménica relató:
“Yo no había nacido el 73, pero sí estaban mi padre Patricio Bustos, mi madre Cecilia Bottai, varias de sus hermanas y mi abuela Teresa Monreal, todas y todos detenidos en distintos centros de tortura, que tuvieron el apoyo del Comité Pro Paz. En este momento yo no solo estoy aquí para hablar desde una organización de derechos humanos; también estoy demostrando mi profundo agradecimiento por lo que hicieron por mis familiares y por todas las personas perseguidas”.
Memoria Calcárea
El mural narra una historia en varias capas, comenzando con la representación de las escaleras del edificio donde se congregaban las mujeres en busca de refugio y apoyo, en Erasmo Escala 1822. En ellas se observan mujeres, niños y ancianos, con expresiones que reflejan temor y angustia. Una ventana de madera y botas militares suspendidas sobre sus cabezas simbolizan la amenaza constante que enfrentaban.
Están representadas dos mujeres trabajadoras sociales, recordando su incansable labor en medio de la adversidad. Una bandera bombardeada ondea en el fondo, símbolo del inicio de los devastadores acontecimientos que vinieron después.
Uno de los aspectos más conmovedores del mural es la representación de una mano gigante sosteniendo la fotografía de una persona detenida desaparecida. La imagen encapsula la lucha por la justicia y la búsqueda de la verdad por parte de quienes se atrevieron a enfrentarse al régimen represivo. A su alrededor, manos más pequeñas escriben los nombres de desaparecidos y desaparecidas.
“Memoria Calcárea” no solo honra a quienes lucharon y sufrieron durante la dictadura: también invita a la reflexión sobre el papel de la sociedad y las instituciones en la defensa de los derechos humanos. A medida que Chile avanza hacia un futuro de paz y justicia, este mural se convierte en un recordatorio permanente de la valentía y la resistencia de aquellos que se alzaron contra la opresión.
Esta creación se une a otros esfuerzos en Chile y en todo el mundo para preservar la memoria histórica y garantizar que los horrores del pasado nunca se repitan. A través de su belleza y significado profundo, “Memoria Calcárea” ilumina la senda hacia un futuro en el que la justicia, la verdad y la paz sean los pilares fundamentales de la sociedad.
Pablo Walker SJ, capellán de la UAH y quien lideró los avances de la obra, agradeció a quienes apoyaron esta iniciativa de memoria, como el muralista y coautor Mario Carvajal, Lucía Arteaga, Dylan Vicente Yáñez, Constanza Troncoso, Silvia Morales, Solange Vernon, Ingrid Riquelme, Catalina Donoso y Christopher Carpentier.