Informar adecuadamente a los pacientes oncológicos sobre su estado de salud y las opciones de tratamiento disponibles se convirtió en la bandera del proyecto “Lingüística y Salud”.
La iniciativa, financiada por el “Concurso de Creatividad, Innovación y Transferencia”, de la Dirección de Investigación y Publicaciones de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrados de la Universidad Alberto Hurtado, ha surgido para ofrecer una comunicación efectiva que pueda marcar la diferencia al momento de enfrentar un cáncer en el Hospital Barros Luco.
Se trata de un kit de tres piezas comunicativas liderada por la doctora Macarena Céspedes, junto a la alumni en Licenciatura en Lengua y Literatura, Sabina Canales, quien comenta que el proyecto consiste en “la comprensión y percepción lingüística a partir de la desinformación de los pacientes”.
La idea surgió a partir de un diagnóstico de los mismos funcionarios, quienes revelaron la “falta de claridad” en torno a preguntas cruciales de los y las pacientes: ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Cuánto tiempo pasará antes de que obtenga respuestas definitivas? ¿Cuáles serán los efectos del tratamiento?
Para informar y orientar la toma de decisiones, la alumni explica: “La idea es simple pero poderosa. Cuando una persona tiene conocimiento de su salud, comprende las posibilidades terapéuticas a su disposición y puede tomar decisiones informadas y conscientes acerca de su cuidado”.
Asimismo, destaca la función adaptativa del kit: “No todas las personas quieren la misma información. No todos los cánceres son iguales, entonces esta comunicación necesita variar caso a caso”.
La comunicación efectiva también desempeña un papel fundamental en el vínculo con los especialistas. “Al centrarse en la comunicación —dice Sabina— es posible realizar diagnósticos más precisos. Además, una buena relación entre médico y paciente también ayuda a la confianza, a preguntar y conseguir la información que se necesita”.
Gracias al Fondo Innovación y Creatividad ha sido posible implementar este kit en el centro asistencial de San Miguel, que atiende a más de un millón personas de once comunas de la zona sur de Santiago, con el objetivo de disminuir la brecha de información frente a los diagnósticos y tratamientos médicos, demostrando cómo la comunicación efectiva puede mejorar la fluidez del tratamiento médico.