Marta Flores Coll es Doctora en Psicología de l’educació de la Universidad Autónoma de Barcelona. Licenciada en psicopedagogía (UOC) y diplomada en magisterio (URL). Es profesora del Departamento de Psicología de la Educación de la universitat Autònoma de Barcelona.
Realiza formación de profesorado sobre aprendizaje entre iguales y educación inclusiva. Es parte del Grupo de Investigación sobre Aprendizaje entre Iguales de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Durante los primeros días de enero la especialista dictó tres talleres formativos sobre tutorías entre pares a los académicos de planta y colaboradores de la UAH. Esta iniciativa se enmarca dentro del Proyecto de Mejoramiento Institucional (PMI UAH 1501) “Innovación Académica Profesionales Integrales” específicamente en la línea 4 del PMI que tiene relación con el fortalecimiento de las capacidades pedagógicas de los docentes universitarios.
La tutoría entre pares es una metodología que consiste en el apoyo mutuo entre compañeros que comparten un mismo nivel educativo. El objetivo de los talleres fue formar a los académicos de la UAH para que puedan aplicar esta metodología de enseñanza en los diversos programas y cursos de la UAH.
Conversamos con la académica e investigadora Marta Flores sobre los beneficios de la tutoría entre pares y los desafíos que plantea a todo el sistema educativo.
-¿Por qué es tan importante el trabajo entre pares?
La importancia del trabajo entre pares tiene dos raíces. Una es que el desarrollo de competencias en la profesión requiere trabajar siempre con otras personas, y por lo tanto, debemos construir ese aprendizaje desde la universidad y debemos desarrollar esas competencias profesionales antes de ir al ámbito laboral. Es un aspecto imprescindible si queremos desarrollar profesionales competentes en cualquier ámbito uno de los aspectos importantes es desarrollar el trabajo cooperativo con otros, el poder unir esfuerzos para mejorar el producto final.
Por otra parte las investigaciones han demostrado que el trabajo entre iguales, la tutoría entre pares, permite unas oportunidades de aprendizaje que no tiene el trabajo individual porque si estamos trabajando en equipo, y nosotros como profesores diseñamos actividades de trabajo en equipo, lo que estamos promoviendo es que podamos compartir el conocimiento entre distintas personas y construir con otros ese conocimiento.
Aún está demasiado desarrollado el trabajo más tradicional en que el profesor es el que transmite el conocimiento, debemos cambiar ese foco y que sea el estudiante el que genere su propio aprendizaje.
-¿En qué carreras o niveles se puede implementar esta metodología?
En cualquier situación y en cualquier etapa de la carrera se puede aplicar esta metodología de aprendizaje, evidentemente que mientas más extendido esté, los estudiantes serán más competentes en esta área y no tendremos que dedicar quizás tanto tiempo a que desarrollen esas competencias, sino a que las practiquen, porque hay un aspecto del aprendizaje cooperativo que requiere un aprendizaje previo de cómo desarrollar las habilidades sociales que se precisan.
-¿Cómo se evalúa el aprendizaje del tutor y del tutorado?
Se debe evaluar el proceso para poder tener conocimiento de cómo están aprendiendo y como están avanzando los propios estudiantes. Y se evalúa a los dos según los objetivos de aprendizaje. El tutor tiene oportunidades de aprendizaje que pueden hacer que mejore y fortalezca sus conocimientos iniciales, en tanto el tutorado al recibir ayuda del tutor que le va guiando y acompañando, también tiene oportunidades de aprender. Se evalúa el proceso y el producto final.
-¿Es necesaria la diferencia de conocimientos entre tutores y tutorados?
Hay distintas modalidades de la tutoría entre iguales, hay una modalidad que es una tutoría que se llama fija que exige una diferencia de niveles entre tutores y tutorados y podemos aprovechar esas diferencias que hay en los cursos para poder organizar esas interacciones. Y hay otra modalidad que son las tutorías recíprocas, que son estudiantes que tienen un similar nivel de competencia. En esos casos se hace un poco más expertos en la actividad concreta a los estudiantes que deben desarrollar el rol de tutores, por ejemplo preparando una lectura o conociendo la situación previamente para que pueda guiar a su compañero.
-¿En qué medida esta metodología se complementa con la clase tradicional?
Los expertos creemos que la mayoría de las situaciones se podrían transformar en aprendizaje cooperativo. También somos conscientes que un cambio radical es muy complejo y muchas veces no sería bien recibido por el profesorado que requiere una formación específica en esta área.
La idea es que paulatinamente se pueda implementar esta metodología y poco a poco los mismos profesores, a medida que vean los resultados, irán ajustando situaciones para convertirlas en aprendizaje entre iguales. Los resultados son muy positivos tanto del aprendizaje como de la satisfacción de los estudiantes. Se genera motivación, responsabilidad, autonomía, y una sinergia entre los estudiantes que de repente se dan cuenta de su propio proceso de aprendizaje y conocen cuáles son mis límites, cuáles son sus potencialidades.
¿Cuáles son los desafíos para insertar esta metodología en un país que está acostumbrado a la clase expositiva?
Los desafíos son grandes, pero cuando el profesorado lo tiene claro es muy capaz de explicar a sus estudiantes y de hacerles trabajar de la manera necesaria. El foco está en los académicos, en que tengan herramientas para aplicar esta metodología y que vean que tiene resultados porque el trabajo colaborativo es una competencia que los estudiantes necesitan desarrollar, poco a poco eso va a permitir ir cambiando la cultura de la enseñanza y del aprendizaje.
Desde los talleres hemos iniciado un primer paso que es que los docentes piensen en su propio trabajo en el aula y diseñen un guion para poder trabajar. Ellos ya tienen sus diseños para poder empezar a trabajar con los estudiantes desde marzo próximo.