Por Gabriela Lobos, periodista Centro Interdisciplinar de Políticas Públicas
“Lo que está haciendo el Ministerio de Educación es un Plan de Reactivación Educativa que está tratando de mejorar las cifras de exclusión escolar que aumentaron durante la pandemia por COVID 19 pero que se vienen arrastrando en Chile desde antes por situaciones sociales que han impactado principalmente a la educación pública”, así lo explica el investigador del Centro Interdisciplinar de Políticas Públicas (CiPP) de la UAH, Cristóbal Madero, quien conversó con el equipo del CiPP sobre su visión acerca del Plan de Reactivación Educacional impulsado por el Ministerio de Educación.
Madero, afirma que el programa desarrollado por el gobierno entrega una respuesta integral y estratégica para abordar el complejo panorama que vive el sistema educacional chileno, con altos niveles de deserción y ausentismo en medio de un clima de violencia, argumentando que fue elaborado en base a tres ejes con objetivos específicos: convivencia y salud mental, fortalecimiento de aprendizajes y asistencia y revinculación. “Es un excelente plan que apunta a las dimensiones correctas para la recuperación del sistema educativo que tenía problemas desde antes y que se vio afectado con la pandemia. No nos olvidemos que somos uno de los países que mantuvo sin clases a sus alumnos por más tiempo en el mundo, lo que impactó y sigue impactando la vida de los establecimientos educacionales”, destaca el académico de la Facultad de Educación de la UAH.
El abandono escolar en Chile se da en un escenario con múltiples causas donde encontramos el trabajo infantil para apoyar en la generación de ingresos familiares, la debilitada salud mental del grupo familiar por el stress de la pandemia y la carencia de conectividad y medios tecnológicos durante el confinamiento que no permitieron mantener la adhesión de niñas, niños y jóvenes a la escuela con clases a distancia. “Esta realidad es dramática y está claro que cada vez que una niña, un niño o un/a adolescente deserta del sistema escolar nos farreamos un talento”, puntualiza Madero.
Las cifras que entregó el MINEDUC sobre la deserción escolar es de 50.529 alumnos que dejaron el sistema escolar entre 2021 y 2022, un número que representa un 24% más de los que había el 2019 previo a la pandemia. Ante esta realidad cabe preguntarse si estas niñas, niños y jóvenes no asisten a la escuela ¿dónde van? Y la respuesta es aterradora porque a pesar de no haber estudios e investigaciones que arrojen datos la realidad muestra que muchos son reclutados por el narcotráfico.
La narco cultura les ofrece a estos menores de edad promesas de bienestar económico, identidad, reconocimiento y tener un grupo de pertenencia. “Está claro que una niña o un niño que no está vinculado con una escuela pueda ser cooptado por el narcotráfico que son redes enquistadas en muchas poblaciones en el país”, sentencia Madero.