Fuente: Ciper
Más de 15 millones y medio de personas en la Argentina (poco menos de 4,5 millones de hogares) viven en condiciones de pobreza. Esta es la última cifra oficial reportada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Argentina en base a la Encuesta Permanente de Hogares que cubre a 31 aglomerados urbanos del país. Aproximadamente un tercio de estas personas está bajo pobreza extrema (indigencia). Esto equivale a una tasa de pobreza del 52,9% y una tasa de indigencia del 18% (42,5% y 13,6%, respectivamente, medido en términos de hogares).
El diagnóstico del presidente Javier Milei se centra en la necesidad urgente de reformas económicas en Argentina con el objetivo de lograr un equilibrio fiscal, reducir el tamaño del Estado y controlar la inflación. Su enfoque libertario se centra en reducir drásticamente el gasto público, privatizar empresas estatales, limitar o eliminar directamente el Banco Central y desregular sectores clave. Desde esta mirada, el Estado ha sido el principal responsable de la crisis económica, y su estrategia busca disminuir su tamaño, permitiendo mayor libertad al sector privado y reduciendo la carga fiscal. Las reformas apuntan a una irrenunciable y prioritaria estabilización monetaria basada en el equilibrio fiscal, seguida de la reducción del tamaño del Estado y la desregulación de la actividad económica con el fin de generar condiciones para que el sector privado se transforme en el motor del crecimiento. Por ahora, la primera parte del plan se ha basado en recortes significativos en los subsidios a los servicios públicos y de programas sociales.
Según la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera, el gasto ejecutado en términos reales a septiembre del 2024 cayó en 29.7%. Esencialmente la estrategia de contención de gasto de Milei ha consistido en mantener el presupuesto nominal del año 2023 y aplicar ajustes ad-hoc a ciertas partidas.
Dos grandes partidas, Prestaciones a la Seguridad Social y Transferencias Corrientes, representan aproximadamente el 39% y 35% del gasto acumulado hasta septiembre del corriente año. Las prestaciones a la seguridad social han caído en términos reales en 22,3%, aunque esta caída se ha desacelerado en los últimos meses, debido a un cambio en el cálculo de las jubilaciones y la incorporación de un bono de 70 mil pesos argentinos a partir de septiembre, el cual en el proyecto de presupuesto para el 2025 se estima dejar fijo en valor nominal de forma de que decaiga en términos reales por efecto de la inflación). En forma paralela, dentro de las transferencias corrientes, dos rubros importantes como son las transferencias al sector privado (programas sociales en la órbita la secretaría de educación, ministerio de capital humano y secretaría de energía) y transferencias al sector público (provincias y universidades), sufren bruscas reducciones del orden del 25,4% y 40% interanual real. La única partida de transferencias sociales que aumenta en términos reales es la Asignación Universal por Hijo (AUH) que acumula un aumento del 27% en lo que va del año. Pero fuera de este programa, la mayoría de los programas sociales registraron importantes contracciones tanto en septiembre como en el acumulado anual.
Pablo González M. PhD en Economía, Texas A&M University. Director de posgrado de la Facultad de Economía y Negocios, Universidad Alberto Hurtado.
Marcela Perticará y Pablo González M. Marcela Perticará
Doctora en Economía (Texas A&M University, EE.UU. ) y directora del Departamento de Economía de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad Diego Portales.