Fuente: El Mostrador
La Cuenta Pública del Presidente establece las prioridades de los últimos años de gobierno. Bajo la sombra de temas más polémicos, el anuncio de la puesta en marcha del Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados (Chile Cuida) corre el riesgo de pasar desapercibido. Esta política pública busca articular más de 60 programas que, actualmente, ofrecen servicios de cuidado, formación y transferencias monetarias. La apuesta es diseñar un sistema integral que agrupe y aumente progresivamente distintas prestaciones estatales relacionadas con los cuidados que hoy se encuentran disgregadas. El objetivo es garantizar el cuidado como un derecho, con un enfoque comunitario y reconociendo la labor de las personas cuidadoras.
“Incluir los cuidados como un aspecto esencial de la protección social responde a una de las reivindicaciones de la agenda de género, pero también a los retos presentes y futuros del país”. —Victoria Martínez Placencia, Facultad de Derecho UAH
Aunque no conocemos en detalle el contenido de esta propuesta, se trata de una iniciativa para celebrar. Varios países de la región, siguiendo el ejemplo pionero de Uruguay, están desarrollando políticas públicas similares. Un rasgo característico de los avances en América Latina es la atención en la distribución de género de las tareas de cuidado, y con ello, un foco especial en las personas cuidadoras, en su mayoría, mujeres.
El anuncio establece que Chile Cuida se concentrará en las necesidades de personas con dependencia severa, priorizando así al grupo más vulnerable. Sin perjuicio de ello, este sistema se suma a otras medidas como la ampliación de permisos y teletrabajo para cuidadores, la reducción de la jornada de trabajo para conciliar la vida laboral y familiar, el proyecto de sala cuna universal, entre otras.
Por Victoria Martínez Placencia, Facultad de Derecho UAH