Fuente: El Mostrador.cl
El suicidio en personas entre los 15 y los 29 años es la segunda causa de muerte en el mundo, según la OMS. Aun así, estas cifras son probablemente una subestimación de los casos reales, debido a que muchas muertes pueden no ser reconocidas como suicidios debido a la sensibilidad que despiertan en el entorno.
“Siento que al hablar de esto con alguien le hago sufrir, no quiero hacerle eso a mis cercanos, ellos ya tienen sus propios problemas”… “Si le digo esto a mis padres ellos podrían morir (…) a veces digo que los “problemas” que tengo ahora son mi culpa, pero ¿Por qué cuando era niña? hace parecer que en verdad el problema fui yo todo este tiempo”, Javiera* 13 años.
Según explica en conversación con El Mostrador Braga, la Directora de Postgrados e Investigación, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado Carolina Altimir, los adolescentes son especialmente vulnerables a presentar problemas de salud mental debido al periodo de la vida que están atravesando.
Ya que la adolescencia se caracteriza por la transición de la infancia, los desafía en distintas áreas de la vida. Por un lado, deben enfrentarse a construir y fortalecer su propia identidad (quién soy) y por tanto su autoestima. Deben tomar decisiones sobre hacia dónde quieren encaminarse, por ejemplo, qué van a estudiar. Van experimentando una creciente independencia y responsabilidad, con los costos que implica el dejar de ser niños/as.
Si bien cualquier adolescente puede sufrir situaciones que lo o la lleven a tomar la decisión de terminar con su vida, si esta persona es miembro de la comunidad LGBTIQ+, tiene siete veces más riesgo de comportamiento suicida que personas heterosexuales y cisgénero, esto según el estudio Internalización del estigma en personas LGB: Análisis de su impacto sobre la salud mental.
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