Fuente: Qué Pasa/ La Tercera
Con la modernización y Halloween haciéndose parte cada vez más de la cultura local, hay ciertas tradiciones que han sufrido cambios. Expertos en historia cuentan cuáles son.
En la tradición católica, el Día de Todos los Santos y el Día de los Muertos se celebran el 1 y 2 de noviembre, aunque en Chile ambas conmemoraciones tienden a unificarse el primer día del mes. Existen diferencias en su interpretación: algunos asocian a los santos con los niños fallecidos en su inocencia, mientras que otros los vinculan con quienes, tras pasar por el purgatorio, ascienden al cielo. En contraste, el segundo día se enfoca en honrar a los difuntos en general, evocando su presencia simbólica entre los vivos.
Juan Carlos Skewes, Premio Nacional de Antropología 2023, señala que “el Día de los Muertos merece ser leído de otra manera: es el día en que los difuntos se hacen presente en la vida de sus parientes”. Según el académico de la Universidad Alberto Hurtado, la fecha refleja una celebración de la vida que surge del encuentro con los muertos. “Es interesante destacar que lo que mueve a la gente no son los muertos sino que el espíritu de los muertos: suena obvio pero marca una diferencia importante”. La relación con los fallecidos no se limita a la solemnidad, sino que también incorpora aspectos lúdicos y vínculos de reciprocidad.
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El 1 de noviembre sigue marcado por la visita a los cementerios y la colocación de flores, especialmente crisantemos, como forma de honrar a los difuntos. Sin embargo, algunas prácticas como encender velas en los hogares o realizar novenas para los muertos han desaparecido.