Estamos en presencia de una pérdida irreparable, más triste incluso que la quema de libros (bibliocausto) o la destrucción de un data center. También, hacemos frente a la pérdida de sabiduría indígena (kimun) necesaria para instalar procesos comunitarios desde abajo hacia arriba y para sanar a este mundo hoy dañado y contaminado por “el desarrollo”.
Para poder comprender esta pérdida es importante recordar que son cuatro los tipos de agentes que participan en la salud mapuche y popular en Tirúa, para buscar el equilibrio y reordenar los elementos de la naturaleza, restableciendo la salud y el bienestar. Tenemos Puñeñelcheve(parteras), Ngutamcheve (componedores de huesos), Lawentucheve (profundo conocimiento de las plantas medicinales) y Machi (autoridad espiritual y religiosa mapuche).
Puñeñelcheve acompaña a la mujer y su familia durante el proceso de gestación y parto, aconsejando y en algunas ocasiones aliviando malestares y dolencias. Con su sabiduría y experiencia aporta a la crianza de los hijos.
Lawentucheve tiene un profundo conocimiento de las plantas medicinales y su aplicación para la sanación de enfermedades. Con su conocimiento ayuda a restituir la salud de las personas afectadas de dolencias.
Ngutamcheve, conocedores de la forma, funciones y posiciones de los huesos, su gran habilidad en evaluación palpatoria y de maniobras les permite componerlos cuando han sufrido fracturas, luxaciones y otro tipo de dolencias.
Machi, intermediario/a entre el mundo natural, el mundo espiritual mapuche y las personas. Poseedor/a de un don espiritual que le permite tener un profundo conocimiento de la cosmovisión del mundo mapuche y el utrofilmongen, con su sabiduría aporta a la sanación de las personas y los espacios.
La invisibilización social y, sobre todo, del conocimiento y la sabiduría ancestral, es uno de los mecanismos sociales de mayor violencia y exclusión. Aun cuando un grupo humano lleva una vida con prácticas significativas y saberes ejemplares, esa vida no es reconocida por los sectores dominantes de la sociedad. La muerte de personas en accidentes de tránsito siempre es lamentable, pero consideramos injusto no haber dado suficiente cobertura mediática y política a la enorme pérdida implicada en el accidente de Tirúa.
Desde la Universidad Alberto Hurtado nos hemos vinculado desde diversas facultades y centros al Pueblo Mapuche y, en particular, a las comunidades de Tirúa. Por ese afecto, fruto de esa proximidad y del trabajo mancomunado con aquellas comunidades, rechazamos firmemente aquella invisibilización y apatía. Para nosotros, Tirúa ha sido un lugar de aprendizaje de esos saberes y ha representado una invitación a mirar la vida desde una óptica distinta. Nos lleva a mirar la tierra de una forma distinta. Nos sumamos a su pérdida y su dolor. Y nuestro homenaje es intentar mantener viva, desde nuestras disciplinas, declaraciones y prácticas, desde una academia vinculada y comprometida, algo de la sabiduría que hemos encontrado en ese territorio.
Sabios mapuches como los de Tirúa enseñan cotidianamente que la sanidad no es sólo una técnica o sólo asuntos del cuerpo, sino también es espíritu, cariño, reciprocidad y humildad. En particular los fallecidos, buscaron desde su kimun (sabiduría) la sanidad de un territorio para que todos y todas pudiéramos vivir bien.
Es la ÑukeMapu (Madre Tierra) quien con pena los recibe en sus brazos como semilla para que surjan nuevos brotes que vuelvan a dar fuerza y sabiduría al territorio. Ellos se unen a muchos otros luchadores y kimche que desde sus territorios han buscado un Wallmapu libre de todo aquello que daña el proyecto histórico del Pueblo Nación Mapuche. Confiamos en que surgirá de la sangre derramada de estos hermanos y hermanas nuestras una nueva esperanza a la familia tiruana tan golpeada. Que haga brotar nuevos lawentucheve, puñeñelcheve, ngutamcheve que den fuerza, sanidad y vida a esta parte del Wallmapu en el lavkenmapu (territorio mapuche lavkenche).
Confiamos en que esta pérdida de tesoros humanos nos ayude a todos a valorar más la sabiduría y el conocimiento aún presente en los pueblos originarios y su cultura. No sólo esperamos unmemorial para ellos y ellas, sino también compromiso académico y político para el reconocimiento de un pueblo que desde su sabiduría hace la diferencia en una sociedad extraviada en la búsqueda de un desarrollo parcial y meramente económico.
Como académicos, quisiéramos seguir la huella de los no mapuches que acompañaban a estos sabios en su proyecto intercultural y que con ellos fallecieron, trabajando por la apertura y el ensanchamiento de nuestros horizontes y miradas.
En memoria de Ana Colipi, María Vergara, Amalia Carinao, Luis Viluñir, Rosa Manquecura, Carmen Pilquiman, ProsperinoHuenupil, Albertina Lillempi, Carlos Alberto Martínez, Esterlina Marihuen y AylenHuilita.
Dr. Manuel Fuenzalida, Geografía, UAH.
Dr. Nicolás Rojas Pedemonte, Centro Vives UAH.
Lic. Tomás Rojas, Centro Vives UAH.
Dr. Koen De Munter, Antropología, UAH.
Dr. Juan Carlos Skewes, Antropología UAH.
Dr. Leonardo Piña, Antropología UAH.
Dr. Esteban Valenzuela, Ciencia Política UAH.
Mg © Rosa María Olave, Derecho UAH.
Magistrada Lidia Poza, Derecho UAH
Dr. © Natalia Hernández, Trabajo Social UAH.
Mg. © Macarena Marín, Trabajo Social UAH.
Mg. Rubén Morgado SJ, CUI UAH.
Mg © Andrea Espinoza, CUI UAH.
Mg. Evelyn Hevia, Psicología UAH.
Mg. Marisol del Pozo, Psicología UAH.
Dr. Marcela Mandiola, Economía UAH.