Fuente: Capítulo Chileno de National Museum of Women in the Arts
Daniela ha desarrollado investigaciones sobre la historia de la música docta latinoamericana de los siglos XX y XXI, las trayectorias musicales entre América Latina y Europa, así como de la historia cultural de la música.
Es miembro fundadora de la red de investigadores Trayectorias: Música entre América Latina y Europa. Participa en los comités editoriales de la Revista Musical Chilena y de Twen-tieth-Century Music. Es miembro de ARLAC/IMS, de la Sociedad Chilena de Musicología y de la Sociedad Alemana de Musicología (GfM), donde es miembro electa de la Comisión de Estudios en el Extranjero.
Quisimos conocer más sobre sus investigaciones y su visión sobre nuestra escena musical, así como la importancia de las mujeres en ella, y la relevancia de un concurso como “Mujeres en la Música” para la construcción de nuestra cultura.
—Cómo experta en música docta chilena, ¿Cuál o cuáles han sido a tu juicio los momentos más relevantes en el desarrollo de nuestra historia musical?
Creo que la historia musical chilena en general ha sido muy interesante, con períodos muy diversos como el colonial, donde la música docta se vinculó mayormente a la Iglesia; el siglo XIX, donde comienzan a surgir nuevas instituciones y espacios musicales; y el siglo XX con la profesionalización de los oficios musicales. Personalmente, creo que un período muy relevante lo constituyen las décadas entre 1940 y 1960 – es decir, mediados del siglo XX – ya que en este período crece exponencialmente la cantidad de compositoras y compositores chilenos. Con la existencia de diversos ciclos de conciertos y festivales, durante este período la música chilena estuvo muy presente en los teatros y salas de conciertos.
—¿Y cuál es tu opinión sobre el rol de las mujeres en esa historia musical?
Creo que ya existe un consenso en que las mujeres han sido invisibilizadas en las grandes narrativas de la historia de la música y que su contribución como creadoras, intérpretes y gestoras ha sido mucho mayor de lo que sabemos. Sin embargo, me parece que estos últimos años hemos avanzado mucho en reconocer los vacíos de la historia musical y ahora estamos en la tarea de llenarlos con contenidos relevantes. Me manifiesto optimista en este sentido, ya que tanto investigadoras/es como intérpretes están trabajando activamente en dar a conocer la obra de mujeres compositoras, aunque aún nos falta avanzar más en el conocimiento de las biografías de intérpretes, tanto instrumentales como vocales.