Fuente: El Mercurio
En sus 27 años de existencia, el premio Thomas Binkley nunca había distinguido un músico latinoamericano. Otorgado por la Early Music America —asociación estadounidense dedicada a la promoción y estudio de la música antigua—, el galardón lleva el nombre del destacado laudista y musicólogo que dedicó su vida al conocimiento y práctica de la música previa al Barroco. Aunque es para intérpretes del continente americano, recién este 2024 se rompió la seguidilla de estadounidenses y canadienses premiados y lo obtuvo Cristián Gutiérrez, uno de los músicos chilenos más importantes en el estudio y la práctica de esta música.
Director del programa de estudios “Interpretación Superior en Música Antigua”, de la U. Alberto Hurtado (UAH) y profesor en universidades alemanas y checas, Gutiérrez dedica su vida al laúd, la vihuela, la tiorba y la guitarra barroca. Tiene más de 15 grabaciones y en Chile participa de los grupos La Pulsata y La Consonancia. En estos días estuvo en Praga y Seattle, pero el 1 de octubre se presentará en la temporada de conciertos de la UAH con el programa “Rosso Furioso”, dedicado a Antonio Vivaldi; luego volverá a Estados Unidos para dar unos conciertos.
El premio Thomas Binkley lo tomó por sorpresa y no alimenta su ego, sino su entusiasmo por lo que hace, que rezuma en la conversación. “El galardón es a gente que ha destacado en el ámbito de la performance, como instrumentista y al mismo tiempo como pedagogo, estimulando la actividad de la música antigua en América”, señala Gutiérrez. Obtenerlo le significa un premio monetario, una membresía de por vida en la Early Music America y, lo que más destaca el músico, “la visibilidad de la carrera de la que soy director ahora y también el contacto con esta asociación”.
Gutiérrez también pone el foco en otro aspecto significativo de su distinción: “Durante mucho tiempo se ha tenido la idea de la música antigua como un fenómeno casi exclusivamente europeo. Sin embargo, sigue tomando fuerza que, en realidad, el barroco también existía en la época colonial sudamericana y de algún modo, la música que nosotros consideramos ahora nuestro folclor es la mixtura de estas culturas”. Desde su mirada de profesor, este dato también puede ser atractivo para captar nuevos estudiantes, “porque cuando alguien decía antes música antigua, se pensaba `es muy rara, muy sofisticada, muy lejana’. Y no, todo lo contrario, está mucho más relacionada con nosotros que, no sé, Schubert, por ejemplo“.