Carlos García: “Trump, tarifas y el déficit de cuenta corriente: ¿una cura que amenaza?”

Fuente: La Segunda

Empecemos por la génesis de las tarifas impuestas por los Estados Unidos. La solución de Trump y sus asesores al déficit de cuenta corriente, es imponer tarifas: un impuesto al comercio internacional que encarece los bienes exportados a los Estados Unidos y cerrar ese déficit. Sin embargo, la medida del gobierno de los Estados Unidos es cuestionable. El déficit de cuenta corriente ha permitido que este país pueda financiar su exceso de inversión y su déficit fiscal por cuarenta años. De hecho, la economía americana ha mostrado un notable desempeño todos estos años, la mayor inversión es también el reflejo de una revolución tecnológica que ha llevado a parte de la industria americana a otros niveles de innovación, apareciendo empresas como Amazon, Google, Apple, Windows, etc. 

El déficit de cuenta corriente en ese país también ha permitido un déficit fiscal que ha sostenido no solo infinidad de servicios sociales, bienes públicos, apoyo a la innovación, infraestructura, etc. sino también un ejército poderoso que se ha involucrado en numerosas guerras (Afganistán, Irak, etc.) y mantiene una fuerza de disuasión incontrarrestable. En fin, el Estado americano es fuerte, en las buenas y malas acciones, y permite al gobierno de los Estados Unidos cumplir con todos sus objetivos a plenitud. 

¿Resultarán las tarifas? Hay varios elementos a considerar. Los Estados Unidos no solo importa bienes finales, sino también muchos insumos, por ejemplo, nuestro cobre. Imponer una tarifa a los insumos importados es una medicina que puede matar al paciente: los costos de los productos americanos aumentarán y con ellos su competitividad. En otras palabras, no se podrá cerrar el déficit de la cuenta corriente y las tarifas pueden fallar miserablemente.