Asalto a la democracia

Fuente: La Segunda

La invasión de manifestantes bolsonaristas a la Plaza de los Tres Poderes el domingo en Brasilia es la más grave amenaza a la democracia desde el fin de la dictadura. La prensa y los poderes del Estado no han dudado en calificar estos hechos como “golpistas” y “terroristas”, y los principales líderes globales los han condenado sin matices.

¿Cómo fue posible que Brasil llegara a este punto? Si bien la polarización ha sido el trazo preponderante de la política reciente del país, lo que mejor describe lo ocurrido es la creciente radicalización del bolsonarismo.
Desde antes de la elección presidencial, el gobierno de Jair Bolsonaro había puesto en entredicho el sistema electoral, lo que incentivó a que miles de sus partidarios desconocieran el resultado del balotaje y salieran a las calles a protestar, cortar rutas y a acampar afuera de los cuarteles del Ejército para exigir una intervención militar. Esta acción, ninguna otra, desnudó la ausencia de credenciales democráticas del bolsonarismo. Por lo mismo, los tres poderes han respondido de manera rápida, unánime y coordinada. El Presidente Lula decretó la intervención del Distrito Federal y la Corte Suprema suspendió a su gobernador, un reconocido aliado el expresidente Bolsopor seis meses. Previamente había sido destituido el secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, exministro de la Justicia del capitán en retiro, quien desconoció las alertas de los organismos de seguridad de la Federación. Más de mil personas han sido detenidas por participar en estos acontecimientos. Todo indica que este número crecerá y habrá castigos ejemplares, elevando el costo político y penal de estas acciones. Prácticamente todos los sectores políticos han rechazado enfáticamente estos hechos, incluyendo importantes. Aliados de Bolsonaro…

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