Fuente: Ciperchile.cl
El pasado 14 de abril, Aisén Etcheverry, directora de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), participó de la sesión de la Comisión de Futuro, Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación del Congreso Nacional. Etcheverry comenzó su intervención recordando la tarea principal de la Agencia, a saber, financiar las actividades de investigación científica. Dicho eso, expuso la creación de una nueva categoría para los proyectos del Fondecyt Regular incluída en las bases del concurso 2022: “aprobados sin financiamiento”. La agencia de financiamiento fue al Congreso a declarar que su trabajo no sería, en adelante, ‘financiar’, sino ‘certificar la calidad de las propuestas de investigación’.
La producción de conocimiento en Chile ha sido siempre una tarea ardua y desafiante[1]. Pablo Astudillo en su libro La Ciencia Liberada[2], explica que hoy una lógica de mercado ha reemplazado a la lógica de ciencia; y que las estipulaciones de la economía norman y regulan el quehacer científico. En nuestro país lógica de mercado se expresa principalmente en la forma como se financia la investigación y la producción de conocimiento. En su actual rol subsidiario el Estado no prioriza la llamada I+D y desde hace varias décadas lo que dispone para ello no supera el 0,4% del PIB[3]. Ese pequeño porcentaje de financiamiento se distribuye además de acuerdo con una lógica individualista, competitiva y productivista la que viene dejando al 80% de los equipos de investigadores e investigadoras sin recursos para realizar su trabajo desde hace varios años[4].
En este contexto de precariedad e insuficiencia a la financiación de la investigación en Chile, la ANID, lejos de cuestionar esa carencia parece estar buscando alternativas que la alejan de su propósito original…
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