Apoyo del Estado a las iglesias

Fuente: El Mercurio

Señor Director:

Valoro que Agustín Squella no vea inconveniente en que “el Estado ayude económicamente a organizaciones intermedias que se proponen objetivos de interés general”. Pero estima que la ayuda del Estado a lo deportivo o cultural se justifica, y no la ayuda a las iglesias Da tres razones: Jesús ya propició la separación al decir “Dar al César lo que es del César; No se debe apoyar a la Iglesia Católica, pues cuenta con el Estado Vaticano; las ayudas del Estado perjudican la libertad de la iglesias.

Squella alude a los aspectos económicos y no repara que son consecuencia de la valoración que el Estado hace de las tradiciones (religiosas, étnicas, seculares) que constituyen la nación. El catolicismo es una de ellas, y el cristianismo, una de las raíces de la modernidad,  pues “el universalismo igualitario del que proceden las ideas de libertad, solidaridad, derechos humanos y democracia, es un heredero directo de la ética judía de la justicia y de la ética cristiana del amor”. La afirmación es de Habermas —liberal y agnóstico—, quien sostiene que el Estado democrático puede reconocer que las iglesias son “una fuerza históricamente operante” que, además de actividades de culto, realizan una multitud de: acciones educacionales y sociales, en instituciones que promueven la justicia, la cultura y la caridad…

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