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Sala de Psicomotricidad en la UAH: un espacio para el desarrollo integral de las infancias

La psicomotricidad educativa es clave para el bienestar y desarrollo integral de los niños y niñas. A través del juego espontáneo y la mediación adulta, se fomenta el crecimiento cognitivo, emocional, social y motriz. Desde 2017, la Universidad Alberto Hurtado (UAH) ha fortalecido este enfoque con la inauguración de su Sala de Psicomotricidad, un espacio dedicado a la formación y experimentación en esta área fundamental de la educación parvularia.

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La psicomotricidad educativa como disciplina propicia el desarrollo multidimensional y el bienestar, centrando su intervención a partir del juego espontáneo. Y esta actividad lúdica la que tiende un puente entre el pensamiento y el accionar del niño y niña con su entorno.

En este contexto, la Universidad Alberto Hurtado (UAH) y la Facultad de Educación, en su constante compromiso en la educación inicial y la formación de educadoras /es de párvulos, inauguró en 2017 la “Sala de Psicomotricidad”, un espacio formativo que lidera la directora de la carrera de Educación Parvularia, Patricia Jaramillo, académica y especialista en psicomotricidad. Esta disciplina -entre otras materias- promueve el desarrollo motor, cognitivo y social durante la primera infancia, para potenciar las capacidades sensoriales y motrices de niñas y niños.

En sus siete años de existencia, la Sala de Psicomotricidad de la Universidad Alberto Hurtado se ha constituido como un espacio central en la formación de estudiantes de pregrado, ya que proporciona el ambiente adecuado para la adquisición de competencias para el desempeño profesional, tanto en la formación corporal como teórica, integrando el juego como un elemento transversal en el abordaje de experiencias a desarrollar en la educación inicial.

“El cuerpo es nuestro primer espacio vincular desde la edad temprana, y se constituye como un envoltorio ‘segurizante’ que permite establecer el piso de nuestras trayectorias emocionales, las que vivenciamos desde nuestra corporalidad, y que luego se traducen y expresan en movimiento”, señala la académica.

Patricia Jaramillo añade que, desde esta sala, “buscamos que las educadoras y educadores en formación integren el juego, el movimiento y la corporalidad como elementos fundamentales para el aprendizaje, y que su disponibilidad corporal permita interacciones de calidad que nutran las experiencias de aprendizaje de niños y niñas”.

La importancia de la psicomotricidad en la formación de futuras/os educadoras/es

Además de su componente formativo, inserto en el actualizado Plan de Estudios de la carrera de Educación Parvularia, la sala también ha generado importantes vínculos con la comunidad. A partir de iniciativas como la Escuela de Verano para Educadoras/es, los Talleres para Egresados/as UAH, los cursos realizados por estudiantes de intercambio, entre otros, este espacio ha permitido la interacción con estudiantes y trabajadores de los jardines infantiles del barrio circundante a la Universidad, permitiendo a más personas contar con experiencias de aprendizaje desde la mirada psicomotriz.

En los últimos años, la psicomotricidad se ha consolidado como un campo crucial en la Educación Parvularia, siendo visibilizada en las actuales Bases Curriculares, específicamente en el Núcleo de Corporalidad y Movimiento. Y es este enfoque el que nos invita a considerar el movimiento y el juego como un elemento transversal, potenciador de los procesos de aprendizaje y garante de la exploración y la libertad de movimiento. “Esto es muy relevante, ya que contribuye a la construcción paulatina del esquema de imagen y conciencia corporal; a la internalización de las relaciones espacio/temporales, y a la adquisición de la autonomía progresiva y la emocionalidad”, concluye Jaramillo.

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