Cerca del 43% de los alumnos de 3° y 4° medio estudian en un establecimiento de enseñanza técnico profesional y un 65% de ellos pertenecen a los 2 quintiles más pobres.
Aunque en su origen histórico la Educación Media Técnico Profesional (EMTP) se pensó como una salida temprana al mundo del trabajo, hoy poco más del 50% de los egresados de esta modalidad continúa con estudios superiores ya sea en Centros de Formación Técnica o en universidades.
Ante esta nueva realidad surgen opiniones que cuestionan los fundamentos de la separación de modalidades formativas en la enseñanza media. Para Leandro Sepúlveda, investigador del CIDE de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado, “El sistema educacional chileno es extremadamente segmentado, no es bueno, creo yo, que exista un sistema para los pobres, y la enseñanza Técnico Profesional sigue siendo un modelo formativo para los pobres”.
Según el estudio Educación Técnica en Chile: Conclusiones de una encuesta sobre inserción laboral de los jóvenes (Bassi M., 2007) el incremento de la participación de egresados en la educación superior EMTP ratifica que esta modalidad formativa ya no puede ser considerada como una alternativa de inserción temprana en el mercado laboral.
Es necesario hacer un replanteamiento del sistema de educación secundaria ¿Para qué estamos formando a los jóvenes en la Enseñanza Media? ¿Qué hacer para que tengan la mayor cantidad de herramientas posibles para lograr una buena continuidad de estudios superiores? Son algunos de los cuestionamientos del investigador Leandro Sepúlveda, Doctor en Estudios de las Sociedades Latinoamericanas y antropólogo social, quien propone una formación igual para todos los estudiantes.
“Creo que sería más equitativo. Yo no me opongo a que en una etapa final del sistema escolar, donde los jóvenes ya tienen conciencia e intereses marcados puedan optar por una formación más específica. Muchos de ellos tienen como expectativa una formación relacionada con el mundo del trabajo. No significa que no exista como oferta, pero podría ser una oferta por ejemplo, en un nivel superior, terminado 4°medio, que sea un tránsito hacia distintas alternativas formativas y laborales, pero no un sistema que tempranamente hace una diferencia entre el mundo laboral y continuar los estudios superiores”, señala.
La mayoría de los jóvenes que egresan de la EMTP se proyecta hacia la educación superior aunque su trayectoria educativa es más larga y más compleja. Generalmente trabajan unos años para obtener recursos económicos y después estudian y en su mayoría estudian y trabajan.
Lógica sexista
Otra crítica fundamental a la enseñanza secundaria técnico profesional que realiza Sepúlveda es el sesgo de género. “El sistema de especialidades reproduce una lógica muy sexista, es repetir lo que ocurre en el mercado laboral que es muy segmentado. Es difícil romper la lógica del sistema, pero el sistema educativo no puede reproducir la lógica sexista”.
Aunque el curriculum oficial reconoce 14 sectores económicos de especialización, según el Anuario Estadístico del Ministerio de Educación (2013) la mayor cantidad de alumnos opta por las especialidades de Administración y comercio (34,7%), Electricidad (14,1%), Metamecánica (13,4%), Programas y proyectos Sociales (11,3%), y alimentación (11,3%).
Desglosando estas cifras existen marcadas diferencias de género en las distintas especialidades con predominancia femenina en las áreas de administración y comercio, alimentación y programas y proyectos sociales y con un fuerte componente masculino en las áreas de especialización industrial (metalmecánica, electricidad, agropecuario).
En un estudio realizado por el CIDE en enero de 2015, liderado entre otros investigadores por Leandro Sepúlveda, se menciona entre las consideraciones generales sobre la enseñanza técnico profesional secundario que “Las mujeres que estudian la modalidad EMTP exhiben brechas salariales significativas respecto de los hombres, asociadas a las especialidades cursadas (particularmente las que tienen sesgo de género) y a una discriminación en el mercado laboral. Esta situación constituye un problema relevante para la EMTP, más allá que constituye un reflejo de una diferenciación y segmentación que cruza al conjunto de la sociedad”.
¿Cómo mejorar el sistema educativo secundario?
Como investigador especialista en el área de educación el académico propone fortalecer el vínculo entre la enseñanza media y la educación superior, alineando los programas curriculares de ambas y articulando el sistema educativo con los sectores productivos.
Esto permitiría, por ejemplo, reducir los años de formación superior y con ello el costo de los programas de estudios, estableciendo opciones como el reconocimiento de ramos o créditos cursados en la enseñanza media.
Es necesario repensar la enseñanza secundaria en su conjunto, ya que también la modalidad científico humanista (EMCH) tiene falencias. Un porcentaje importante de los jóvenes que egresan de este sistema educativo no siguen estudios superiores o los abandonan por diversas razones.
Para Sepúlveda “La noción de formación para el trabajo debería ser una formación más amplia, para todos, donde tú aprendas habilidades que sean útiles para la vida cotidiana y para el mundo del trabajo. Hoy los alumnos están más de doce años en la educación y no sabe arreglar un desperfecto eléctrico, no saben arreglar una llave, no tienen un conocimiento mínimo, hay una exacerbación de cuestiones abstractas y básicamente una formación centrada en lenguaje y matemáticas como cuestiones rígidas”.