Francisca Márquez, decana de esta Facultad, en la inauguración del año académico quiso hacer algo diferente y unió a las Ciencias Sociales en torno a un mismo tema: el terremoto. Como ella misma expresó, se tiene mucho que aportar desde “el cruce de miradas y contrapuntos disciplinares”.
Gabriel Valdivieso, director de CISOC, ofició de moderador de las distintas mesas de exposición donde Andrea Vial, directora de la Escuela de Periodismo, bajo el título La historia que no podemos perder, puso en debate cómo están cubriendo la realidad los medios de comunicación y qué realidad se dejó ver para la catástrofe, “cada elección tomada por el periodista ayuda a develar el significado de cómo lo verá el público. De ahí la responsabilidad ética del profesional”, dijo Vial, y con respecto al terremoto, “se revelaron historias que muchas veces quedan fuera”, explicó.
Además, exhibió un video de entrevistas a periodistas y editores de medios chilenos que evaluaron cómo se cubrió el terremoto.
Paulette Landon, directora del Departamento de Trabajo Social, en su exposición De la emergencia a la reconstrucción: El terremoto como una oportunidad para nuevos vínculos sociales, habló desde la posibilidad de reconstruir la sociedad con otros prismas, “el terremoto nos obligó a salir de nuestras individualidades. También tuvimos réplicas sociales”.
Landon dijo que hay desafíos en la reconstrucción que van más allá de las edificaciones, “tenemos que preguntarnos qué se puede hacer desde nuestras disciplinas. Hay que reflexionar lo que significa nuestra profesión y la responsabilidad que tenemos desde ahí. Generar conciencia social y hacer visibles a los invisibles”, y continúo, “hay que reconstruir para elevar la calidad de vida, reconstruir las confianzas, la identidad local”.
Por su parte, el director del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales Fabián Pressacco, en su exposición La fragilidad de nuestra democracia: continuidad y coyuntura, realizada en conjunto con los académicos del departamento, comentó que este movimiento modificó los focos que han tenido las Ciencias Sociales hasta el momento. Además de expresar que con el terremoto, muchas cosas quedaron en evidencia, como por ejemplo la fragilidad del modelo de desarrollo: “quedaron al descubierto conductas (saqueos) que cuestionan el modelo escogido de mercado y autorregulación, lo que deja sin protección social y genera individualismo”.
Desde el Departamento de Sociología, la reflexión realizada por su director, Aldo Mascareño, titulada Marcela Torres, estuvo centrada en la analogía de un poema de Voltaire escrito hace 200 años después de una catástrofe en Lisboa, con nuestro propio desastre natural “aunque nadie ha escrito poemas”, dijo Mascareño, “los problemas sociales se han seguido moralizando”.
Mascareño dijo que después de la catástrofe la reflexión había sido “quiénes son los buenos y quiénes los malos, sin un mayor proceso mental”, donde lo que surgió fue: “despreciables los que saqueaban los supermercados, apreciable Marcela Torres que junto con su hija no robó; despreciable los artistas que participaron en la Teletón, apreciables los universitarios que construyen medias aguas”, entre otros ejemplos. Según Mascareño lo que hay que preguntarse es “¿hay que seguir moralizando el problema?”
Francisca Márquez concluyó con la tesis de que el “terremoto dejó a la vista el precario equilibrio que hay entre la naturaleza y la cultura. Tenemos que releer las ruinas para que la cultura se sobreponga a la fuerza de la naturaleza”.