Philippe Bourgois, Ph.D en Antropología de la Universidad de Stanford y académico de la Universidad Pensilvania.
Philippe Bourgois, Ph.D en Antropología de la Universidad de Stanford y académico de la Universidad Pensilvania.
Diferentes antecedentes han determinado que el continente americano tenga una de las historias más violentas alrededor del mundo. Hoy, con menos dictaduras y más gobiernos democráticos el problema sigue prevaleciendo, mutando desde lo político a lo social y lo cultural.
Estadísticas revelan que Latinoamérica concentra el 30% de los homicidios a nivel global. Según la Organización Mundial de la Salud, en la región hay más de 10 asesinatos por cada 100.000 habitantes. ¿Pero qué tan lejana está la realidad chilena, de estos escenarios?
En el marco de la Ceremonia Magistral “Perspectivas etnográficas sobre población en movimiento. 30 años de violencia en las Américas”, realizada por el Departamento de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado, el Dr. Philippe Bourgois de la Universidad de Pensilvania, tuvo tiempo para conversar sobre nuestra realidad.
Cuando hablamos de violencia, uno de los recuerdos que más rápido se nos viene a la mente, es el de la dictadura militar.
¿Cómo se compara este hecho con el resto del continente? “El proceso aquí fue diferente, ya que hubo una represión más efectiva la que logró desmovilizar a la gente, a diferencia de otros lugares. Por ejemplo, en El Salvador, la represión unificó a las personas y las motivó a sumarse a la guerrilla de oposición. Sin embargo, en Chile la sistematización de la dictadura logró invisibilizar los movimientos sociales”, afirmó Bourgois.
En cuanto al actual escenario de violencia en el país, el director de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado, Juan Carlos Skewes, admitió que en Chile la situación no es tan dramática como en otros lugares, pero que existe un paralelo con otras realidades. “Nosotros pasamos de ser un país de muchas esperanzas, a un país domésticamente violento. El sueño ciudadano que tenían algunos pobladores, terminó con un despertar de pobres. Fueron emplazados, dando paso a poblaciones y villas, por ejemplo”.
Juan Carlos Skewes, director del Departamento de Antropología de la UAH.
Sobre las responsabilidades como país, Skewes es drástico al señalar que “en el país existe una indiferencia grave. Chile prefiere no ver y postergar los conflictos hasta que le rebotan de vuelta. El triunfalismo que nos rodea vuelve invisible una desigualdad que sólo se compara con casos como Brasil o India”.
La desigualdad es uno de los mayores problemas del Chile de hoy, pero, ¿cómo se debe enfrentar? El académico afirma que deben dejarse de lado las soluciones que paleen problemas menores, y que se debe solucionar el tema de fondo creando instancias que signifiquen una verdadera integración de los sectores excluidos. “Mientras eso no se asuma, no hay solución posible”, finalizó Skewes.
La voz de los reprimidos en el Ghetto estadounidense
El Dr. Bourgois participó también en la conferencia “La Furia en el Ghetto Estadounidense. Segregación, expulsión y violencia en la ciudad contemporánea”, donde fundamentó algunos de los problemas sociales y raciales que vive EE.UU. “Las cárceles de EEUU actúan como una escuela de preparación de gladiadores, son una universidad de la violencia”. Esta realidad impacta muchas veces en las diferencias raciales. Hoy, la población negra norteamericana aún siente que se vulneran sus derechos civiles y que su calidad de vida no es igual a las oportunidades de la población caucásica.
Intensos enfrentamientos se han producido entre la policía y manifestantes de las ciudades de Baltimore y Ferguson. ¿La razón? Protestan por la muerte de un ciudadano de color en manos de un policía blanco. Acusan racismo. Sí, 64 años después del primer despertar de la población negra, hoy se vuelve a sentir el descontento y se vuelve a poner en duda el respeto por los derechos civiles.
Philippe Bourgois en el Aula Magna de la UAH. "“Perspectivas etnográficas sobre población en movimiento. 30 años de violencia en las Américas”.
Y es que quieran o no, en EEUU se sigue viviendo un problema de integración. El negro, el inmigrante y el hijo de inmigrante siguen estando en la sombra de la sociedad norteamericana. Las drogas y el narcotráfico son el principal enemigo de que aquello suceda.
“Uno puede ser irresponsable al decir los policías blancos son racistas. Pero lo que es cierto es que la población negra aún vive segregada y afectada por las drogas en sus barrios desposeídos y sin oportunidades. Eso genera abusos por parte de ambos bandos y genera esta violencia que vivimos hoy”, explica Bourgois.