Julieta Palma, académica del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Alberto Hurtado y directora alterna del Núcleo Milenio en Política Laboral y Vida Familiar y Colectiva (LABOFAM), profundiza en los objetivos y proyecciones de este innovador proyecto, realizado en conjunto con académicos de la Universidad de Chile, Universidad de Valparaíso y Universidad de Talca.
LABOFAM se centra en investigar cómo las políticas de reducción de la jornada laboral, conciliación entre vida personal, familiar y laboral, y teletrabajo impactan en las relaciones laborales, las dinámicas familiares y la participación política y comunitaria de los y las trabajadoras del país, con un enfoque particular en el rol de los sindicatos.
—En la mayoría de las instancias, la maternidad y la paternidad están muy limitadas por las responsabilidades laborales. A futuro, ¿este proyecto podría derivar en mejorar en la distribución de las labores del hogar?
Una de las justificaciones para la reducción de la jornada laboral apunta a su impacto positivo en el ámbito doméstico, especialmente en términos de mayor involucramiento de los hombres en las tareas de cuidado. Sin embargo, la investigación internacional no es concluyente sobre si este tipo de políticas efectivamente lleva a una mayor igualdad en la distribución de tareas en el hogar. Ahí es donde entra LABOFAM. Vamos a generar evidencia sobre cómo estas políticas influyen o no en las dinámicas familiares. Realizaremos encuestas y entrevistas longitudinales, siguiendo a las personas a lo largo del tiempo para observar cambios en sus vidas cotidianas a lo largo del proceso de implementación de estas políticas.
—Una de las interrogantes que se plantean es si la implementación de políticas como la reducción de la jornada laboral podría reforzar la desigualdad de género en la distribución de cuidados en el hogar. ¿Cómo abordan esta preocupación desde LABOFAM?
Es crucial entender que las políticas públicas no generan cambios de manera automática. Para alcanzar una mayor corresponsabilidad en los cuidados y una distribución más equitativa del trabajo doméstico en los hogares se requiere un cambio cultural más amplio y de largo plazo. Desde LABOFAM nos proponemos estudiar no solo los impactos directos de las políticas, por ejemplo, en la distribución del trabajo dentro del hogar, sino también cómo se van transformando las actitudes y las disposiciones que perpetúan las desigualdades de género. Nuestra investigación se enfocará en generar evidencia que permita diseñar y retroalimentar las políticas laborales, teniendo en consideración también los efectos no anticipados que ellas pueden generar en la vida personal y familiar.
—El Núcleo Milenio ha establecido una red de alianzas con instituciones nacionales e internacionales. ¿Cómo beneficiará esto al desarrollo del proyecto?
Estas alianzas son fundamentales: no solo enriquecen la calidad y el enfoque comparativo de nuestra investigación, sino que también crean oportunidades para que jóvenes investigadores participen en pasantías y fortalezcan sus trayectorias académicas. A nivel nacional, colaboramos con instituciones como la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Subsecretaría de Trabajo, la Subsecretaría de Servicios Sociales, el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) y ComunidadMujer, lo que nos permitirá acceder a datos esenciales y tener un impacto directo en la formulación de políticas públicas. A nivel internacional, nuestras alianzas académicas incluyen la Universidad de Massachusetts Amherst y la colaboración de destacados investigadores como Jacqueline L. Scott (University of Cambridge), Ruth Milkman (The City University of New York – CUNY) y Chris F. Wright (University of Sydney).
—¿Qué proyecciones tienen respecto al impacto de este tipo de iniciativas?
Creemos que un equilibrio entre trabajo y vida familiar tiene beneficios más amplios que tienen un impacto positivo en el bienestar social a largo plazo.