Organizado por grupos de alumnos del Centro Universitario Ignaciano (CUI), la Federación de Estudiantes y alumnos de la universidad, apoyados por el CUI y la Vicerrectoría de Integración, este encuentro tuvo como principal objetivo generar un espacio para el diálogo desde distintas disciplinas y donde la participación de los estudiantes universitarios fue activa manifestando que también quieren reflexionar sobre lo ocurrido a partir del terremoto.
Como cuenta Cristina Larraín, estudiante de Trabajo Social y parte del comité organizativo del coloquio “la idea era hacer una revisión desde distintas perspectivas, partiendo de la base de que existían ciertos problemas que con el terremoto salieron a la luz”.
Gonzalo de la Maza, sociólogo y panelista del encuentro, habló acerca de los “efectos sociales negativos que provocó el terremoto en las zonas devastadas que tienen su primer motor en la poca trascendencia que tiene el Estado en un sistema neoliberal. La pérdida de la institucionalidad es la consecuencia de los saqueos, y de los movimientos sociales subversivos que se llevaron a cabo”.
Benito Baranda, director social del Hogar de Cristo y presidente de la Fundación América Solidaria, expuso bajo la pregunta: ¿qué grietas sociales se vivían en las regiones VII, VIII y IX antes del terremoto, y en qué lugares esas grietas se acentuaron con lo ocurrido? Enfatizando en la ruptura de los vínculos sociales que dejó la dictadura y que el período concertacionista no supo superar.
Por su parte, Eugenio Tironi, sociólogo, realizó un balance a nivel país de los efectos del terremoto, “que obligó al aparato político a pensar en respuestas nuevas a problemas antiguos, todo ello bajo el marco de la ineficiencia del Estado, debido a que las políticas de reconstrucción se hacen a nivel privado”. Finalmente, instalo la pregunta: ¿cuál es la visión de re-construcción. Desde una forma individualista o colectivista?