Fuertes cuestionamientos al rol que está jugando la educación chilena hoy como aporte para el robustecimiento de los valores y la convivencia democrática, así como la identificación de las tensiones que entre ambas experiencias surgen y se retroalimentan, fueron parte de la discusión del seminario “Educación Chilena y Democracia: aportes y desafíos pendientes”, organizado por la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado y el Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación (CEPPE) de la Universidad Católica.
El encuentro realizado el pasado 25 de octubre en la casa central de la Universidad Católica, contó con la participación del dirigente estudiantil Giorgio Jackson, Carlos Ruiz, director del Departamento de Filosofía de la Universidad de Chile y el rector de la Universidad Diego Portale, Carlos Peña.
En la ocasión Juan Eduardo García-Huidobro, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado, destacó que el evento buscaba escuchar las dos posiciones que se enfrentan y que hoy no logran dialogar, con la esperanza de encontrar ese punto de construcción de una sociedad más democrática.
Carlos Ruiz, director del Departamento de Filosofía de la Universidad de Chile, declaró en su intervención que éste era un tema central, y recordó, desde la historia reciente, las concepciones de democracia que han aceptado de manera progresiva un modelo de sociedad que le asigna un valor central al mercado, que remodela y reubica lo que se espera de la educación. “La democracia de hoy, es muy distinta a lo que se creía de ella en la tradición republicana: proviene de una transición y es mucho más restringida. Además, en su propio proyecto, está centrada en la noción de pacto, de acuerdo y de consenso, con múltiples concesiones mutuas. Se trata de un nuevo tipo de democracia”, advirtió.
En tanto Giorgio Jackson argumentó que el sistema no debe estar centrado en el individualismo y a competir con el sujeto del lado. “La democracia se ha transformado en un mercado. Los consensos se sobrevaloran por sobre la deliberación de diferencias. La democracia pasar a tener el carácter de transacción” advirtió.
En relación al rol que le comete al Estado en el tema de la Educación, Jackson destacó que éste debe garantizar el derecho a la Educación pública, entre otras razones, para tener las mismas oportunidades en la vida, independiente del origen social. “Es importante que el Estado garantice la educación igualitaria, tanto para la producción laboral como para la convivencia democrática”.
Por último Carlos Peña examinó los vínculos que median entre la escuela y democracia, deteniéndose en las tensiones que se generan entre ambas, y se cuestionó si debemos acercar la escuela al hogar y alejarla de la ciudad, o al revés: “¿Debemos enseñar destrezas y conocimientos que obtengan un alto retorno económico, o debemos también enseñar virtudes cívicas? ¿Qué problemas plantea ese vínculo?”
En este sentido el académico resaltó que existen relaciones cercanas entre ambos conceptos: “La escuela provee a los niños de una experiencia común, de un conjunto de significados compartidos. Toda escuela provee de una experiencia pública. Las pluralidad, el encuentro con el otro, es el comienzo de la vida pública para los niños” recordó.