“Chile debe considerar la riqueza cultural que va ingresando al país, como uno de los principales beneficios del actual proceso migratorio”, destacó el investigador español Joaquín Eguren, durante el seminario “Migraciones: desafíos para Chile a la luz de la experiencia española”, realizado en la UAH.
En la ocasión, el académico del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid, manifestó que en general la política de extranjería de diversas naciones ha tendido, erróneamente, a vincular la migración con situaciones de empleo. “Debemos pensar en los migrantes, no como gente que viene a trabajar, sino como ciudadanos que integran la sociedad chilena y que contribuyen a sacar la tarea adelante. Si no hay esa concepción, creamos una mentalidad utilitaria”, subrayó.
En el encuentro, organizado por el Centro de Reflexión y Acción Social (CREAS), la Clínica Jurídica de la Facultad de Derecho y el Departamento de Sociología de la UAH en conjunto con Ciudadano Global: Servicio Jesuita a Migrantes y Refugiados, Eguren se refirió además a la necesidad de que nuestro país aborde formalmente y a nivel gubernamental el tema de la migración, destacando que en la actualidad nuestro país tiene cerca de un 2% de inmigración, cifra similar a la de España en 1998, cuando entró en vigencia la ley de extranjería.
“Es en este momento, cuando se debe ganar tiempo y pensar que estamos en un proceso de inmigración y que los migrantes aportan a la sociedad, pero por sobre todo, que la sociedad necesita de esta gente y será beneficioso porque creará una sociedad más rica”.
A juicio de Natacha Romero, Cientista Político asociada al CREAS de la UAH, en la actualidad es necesario que se revierta el posicionamiento del Gobierno, que hace aparecer la migración como un tema de seguridad a cargo del Ministerio del Interior. “Es necesario que la autoridad legisle en torno al tema y cree medidas acorde a los tiempos y realidades con las que se está tratando, donde las políticas que se planteen no dejen fuera variables relevantes como vivienda, protección social, acceso a beneficios estatales, entre otros”.
En este sentido, destaca la investigadora, el llamado a la universidad es a tematizar estas problemáticas y publicitarlas con el fin de generar debate y crear conciencia y acciones concretas en sus futuros profesionales. “Los ejes principales de trabajo deben ser la cultura de la hospitalidad, que apunta a la bienvenida fraternal hacia aquellos que se incorporan a nuestro territorio; la inclusión social, que se encamina en la línea de la protección y apoyo; y el enfoque de derechos humanos, que apunta a valorar al migrante en su calidad de persona humana”.