Una inesperada conclusión alcanzó el estudio “Ganas de emprender y Felicidad”, elaborado por los investigadores de la Universidad del Desarrollo, Sergio Hinojosa y Carlos Albornoz y editado por la Universidad Alberto Hurtado: mientras mayor es la insatisfacción o infelicidad que siente un individuo con su vida, más probable se vuelve que quiera emprender.
Cuáles son las razones que hacen a una persona decidirse a emprender un negocio? ¿Las oportunidades o las necesidades? ¿O bien se trata de un “algo” en la naturaleza del propio emprendedor que hace que se arriesgue en una apuesta con un resultado no asegurado?
Esas son las preguntas que intentaron responder los autores Sergio Hinojosa y Carlos Albornoz de la Universidad del Desarrollo (UDD) en el estudio “Ganas de Emprender y Felicidad: un Estudio Exploratorio”, elaborado a partir de los resultados del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) de 2012 en Chile, que reporta año a año la actividad emprendedora en más de 80 países.
El objetivo del estudio era estimar empíricamente los determinantes de la intención de emprender, pero incorporando como variable explicativa un factor que en los últimos años ha comenzado a ser cada vez más incorporado en los análisis económicos: la felicidad.
Pero no se trata de cualquier tipo de felicidad: se trata de una valoración más amplia, como la que recoge el Informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y que apunta al bienestar subjetivo, que incluye la valoración de la sociedad en la que viven y que, en definitiva, empuja a los individuos a que tomen las mejores decisiones en todo ámbito, desde la salud a, por cierto, el emprendimiento.
Menos feliz más emprendimiento
Para ello, se analizó una muestra de más de 3 mil adultos chilenos sin negocio establecido, que no están emprendiendo en etapas iniciales, ni tampoco los que han descontinuado o son dueños de negocios.
El artículo, que apareció en el Journal of Technology Management & Innovation editado por la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado, partió desde la hipótesis de que mientras más felices las personas, más dispuestas a buscar nuevos horizontes debían estar y por tanto, más probable sería verlos involucrados en actividades de creación de negocios.
Pero el resultado fue al revés: a menor felicidad, mayor la intención de emprender un negocio.
Esto, según el estudio, porque sólo el 40% de las personas entrevistadas declararon que tenían la intención de comenzar un nuevo negocio en los próximos 3 años, mientras que un 92% se consideraba feliz y un 81% satisfecho con su vida.
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