Una investigación realizada por Marcela Román, académica del Centro de Investigación y Desarrollo en Educación (CIDE), de la UAH, y Javier Murillo, académico de la Universidad Autónoma de Madrid, muestra que en Latinoamérica el aporte de la escuela al desempeño de los escolares es alto: el 20% promedio de lo que los estudiantes aprenden en 3° y 6° básico, en matemática y lenguaje, se debe a la influencia de la escuela.
Un “peso” que se aprecia mayor que el del nivel cultural y socioeconómico de sus respectivas familias: 12% promedio entre el mismo grupo de escolares formado por los 179 mil niños de quince países que rindieron la prueba Serce, aplicada por la Unesco en 2009.
Ese aporte importante de la escuela respecto de la influencia de la familia se da con fuerza en Cuba, Ecuador y Paraguay. Pero poco en Chile y Costa Rica, y nada en Brasil y Perú.
En Chile, la influencia de la escuela se nota en el rendimiento en la prueba de matemática de los alumnos de 6° básico. Ahí, el aporte de la escuela explica 17% del desempeño y el de la familia el 8%. Donde menos se nota el efecto de la escuela es en el desempeño de los alumnos de 3° básico en lenguaje: el 9,79% lo explica el colegio, mientras el 12,91% es aporte de la casa.
“Cuando uno mira a Chile ve que la escuela no está a la altura de lo que podríamos estar”, afirma Marcela Román. “Sin embargo, eso no significa que sea una escuela más deficiente que las de otros países, sino que tiene que ver con el nivel socioeconómico que ha alcanzado nuestra población respecto de la de otros países”.
Su desafío, dice, es mejorar el aporte de la escuela. Y, para eso, es fundamental saber qué está pasando en la sala de clases y cuáles son las variables que dentro de esas cuatro paredes influyen más en el aprendizaje de los estudiantes.