—Joaquín, ¿qué lo motivó a retomar sus estudios después de tantos años?
La verdad es que este anhelo surgió en una de mis aventuras laborales. No fui siempre constante, no sé si por las inseguridades, o simplemente, sentí que me faltaba algo y que debía tomar acción, tanto en lo personal como en lo profesional. Fue algo que postergué una y otra vez, hasta ahora.
Entré becado a Ingeniería Química, en el año 67, en la Universidad de Concepción, pero mi falta de base matemática me jugó una mala pasada. Luego, un día, cayó en mis manos un libro de álgebra, el famoso Baldor, y con él decidí cambiar eso, aprendiendo por mi cuenta. Tanto así, que pude desempeñarme como ayudante de cátedra matemática durante más de tres años, de los cuatro que duró mi carrera.
—¿Cómo se conjuga la virtud de estudiar autónomamente con el formato online? ¿Qué expectativas tiene?
La modalidad online me parece extraordinaria: nos permite acceder al aprendizaje desde el hogar, poder organizar nuestra vida y mantenernos activos intelectualmente al mismo tiempo. La estructura del programa es flexible y, en mi caso, contar con el apoyo del director del departamento —Christopher Nikulin— fue una razón más para decidirme por la Universidad Alberto Hurtado. Ver a una persona joven como él liderando con tanto entusiasmo es una gran inspiración.
Estudié y aprendí de tecnología para no depender de otras personas y poder ayudar a mi familia manteniendo sus computadores operativos y actualizados, instalándoles sistemas operativos, programas, etc.
Es importante romper el estigma de que las personas mayores nos quedamos en el pasado; conozco a muchas que se esfuerzan y están vigentes como yo.
—Hablando de estigmas, ¿cómo enfrenta la percepción social de que las personas mayores no pueden competir en el mundo académico ni laboral?
Es un mito. Claro, es cierto que los jóvenes tienen una velocidad y agilidad envidiables, pero eso no significa que yo u otros no podamos hacerlo. Lo importante es tener disciplina y voluntad. Me levanto de lunes a viernes a las 5:30 de la mañana, trabajo y ahora estudio. El estudio permanente es importante, y quiero demostrar que nunca es tarde para aprender. Si hay algo que le diría a alguien de mi edad es “atrévete”. Lo peor que puedes hacer es quedarte pensando que es demasiado tarde.
—¿Qué lo llevó a elegir la Universidad Alberto Hurtado?
La Universidad tiene un programa que reconoce mis estudios previos, lo que me permitirá avanzar en menor tiempo. A mi edad, el tiempo es un recurso valioso. También, siento que esta institución entiende la diversidad de sus estudiantes que hay y adapta sus programas para que personas como yo puedan cumplir anhelos.
Quiero agregar que, además, me pasaron muchas cosas que me acercaron espiritualmente a la UAH. No sé cómo explicarlo, pero gran parte de lo que me trajo acá, creo, fue algo que va más allá de la casualidad y lo terrenal.