En la Biblioteca UAH se realizó una exposición de libros pop up, caracterizados por su tridimensionalidad o por contener algún elemento móvil que se despliega o transforma al abrir sus páginas.
La muestra, que forma parte de la colección personal de una funcionaria de la Vicerrectoría Académica, contempló la exposición de cerca de 50 libros de distintos formatos: desplegables, carruseles, acordeones, libros de túnel, entre otros.
“Disfruté mucho compartir esta hermosa colección que inició con el nacimiento de mi hijo Benjamín y que esparce pura magia, sorpresas y alegría para quienes pasean por sus páginas”, comentó Karin Undurraga, dueña de la colección, en el Instagram donde comparte algunos de sus tesoros: @universopopup
“La idea surgió como parte de la celebración del Día del Libro. Quisimos mostrar el libro en sus distintas aristas, y una de ellas fue con esta exposición. En ella, los y las estudiantes pudieron interactuar con este tipo de libros y maravillarse con ellos. Fue una experiencia nueva, muy bonita y que tuvo bastante éxito desde nuestra mirada, porque fue una de las más visitadas”, comentó Guadalupe Ovalle, directora de la Biblioteca UAH.
Los libros pop up no son cosa nueva. El primero de ellos —se cree— data del siglo XIV y era, básicamente, un manuscrito sobre el universo. Así comenzaron a desarrollarse no con fines lúdicos sino como facilitadores del aprendizaje de fenómenos naturales o religiosos.
Sin embargo, con las nuevas técnicas de impresión y plegado, los libros pop up se han convertido en objetos sumamente sofisticados y de alto nivel artístico. Algunos ejemplos son Star Wars: A Galactic Pop-Up Adventure, del estadounidense Matthew Reinhart; Mount Fuji, del japonés Yusuke Oono o Mientras un lobo canta a la luna, del chileno Sebastián Ilabaca.
Puedes verlos e impregnarte de ellos en @universopopupup