Señor Director:
Nos parece que los fundamentos de la reforma apuntan en la dirección correcta. Es urgente superar las desigualdades para construir una sociedad más justa.
Creemos en el derecho de toda persona a educarse en la escuela de su preferencia, propiciando la inclusión social y eliminando discriminaciones arbitrarias (no selección); la orientación de los recursos públicos al bien común (fin al lucro); y un mayor compromiso del Estado con un financiamiento que garantice equidad en la distribución de los recursos para la educación de todos (fin al financiamiento compartido).
Sabemos que esto no es suficiente, que por sí solo no va a garantizar la educación que anhelamos, pero son los primeros pasos que establecen mejores condiciones para otros cambios en el sistema educativo en su conjunto.
Entendemos y compartimos la preocupación de algunos sostenedores en relación con la sustentabilidad de sus proyectos educativos (en especial de los sostenedores de un único establecimiento que no son propietarios de los inmuebles). Confiamos en que las nuevas disposiciones legales establezcan garantías para que todos los proyectos educativos que cumplan las condiciones de educación gratuita, de calidad, sin selección y sin lucro, puedan seguir desarrollándose.
Apoyamos y nos sumamos a toda instancia de diálogo, debate y legítima confrontación ciudadana que permita avanzar en las transformaciones que nuestro país necesita, pero rechazamos posturas que desinforman e impiden los avances. Finalmente, en esta búsqueda también los colegios particulares pagados debemos involucrarnos.
Guillermo Baranda, SJ
Oficina de Educación Compañía de Jesús