Un arqueólogo es un profesional dedicado al estudio de la humanidad a partir de los restos materiales que deja su existencia (tales como ruinas, obras de arte, basuras, entre otros). Aunque su mayor objeto de investigación son las sociedades prehistóricas, cada vez más frecuentes los estudios relativos a tiempos históricos e, incluso, al uso de sus herramientas metodológicas y teóricas a problemas actuales.
Pueden desempeñarse en el mundo académico en universidades, institutos de investigación y museos; en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, con especial referencia al impacto sobre el patrimonio arqueológico, en consultoras o como profesionales independientes; y en el manejo de recursos culturales en organismos de Estado (especialmente el Consejo de Monumentos Nacionales) o como profesionales independientes desarrollando proyectos individuales o con comunidades locales.
“El perfil de la carrera pone énfasis en tres aspectos: el desarrollo temprano de las habilidades como investigador, el énfasis en la etnoarqueología (estudio de situaciones actuales para mejorar métodos y teorías) y el énfasis en el manejo de recursos culturales”, explica Luis Cornejo, director de la carrera de Arqueología de la UAH.