Antonia Larrain estudió Psicología y Filosofía en la Universidad Católica. Fue madre antes de terminar el pregrado y, al salir, montó una empresa banquetera familiar. Después de un tiempo hizo un doctorado en Psicología, durante el que tuvo a su segundo hijo y, antes de terminarlo, en 2006, ingresó a trabajar a la Universidad Alberto Hurtado en calidad de jefa del Área de Psicología Educacional de la Facultad de Psicología. Desde entonces, dedicada a la investigación, logró hacer un postdoctorado en la Universidad de Cambridge y a su regreso, en 2011, volvió a nuestra casa de estudios y comenzó una línea de investigación basada en el aprendizaje de argumentación, desarrollo de conceptos y habilidades para la ciudadanía.
Fruto de su investigación, tras 10 años, desarrolló la plataforma Argumentapp: una herramienta que promueve y fomenta la argumentación en salas de clases con el objetivo de desarrollar competencias científicas en niños, niñas y adolescentes, y que en la actualidad está en etapa de transferencia, en busca de inversores que permitan llevar a cabo programas de formación y desarrollo de contenidos dentro de la aplicación.
“Gracias a eso, me he vinculado con mucha gente desde el inicio, viajando a congresos, presentando mis trabajos. Así llegué a vincularme con la International Society for Theoretical Psychology (Reino Unido), organización de la que fui presidenta entre 2019 y 2022”, cuenta la vicerrectora. Un hito a nivel regional, ya que fue la primera chilena y sudamericana en llegar a presidir este foro, que ha celebrado conferencias en distintas partes del mundo, como Berlín, Sydney, Toronto, Estambul, Tokio… y Santiago de Chile, en 2013, gracias a su organización.
Un año después de dicho congreso asumió la Dirección de Investigación y Postgrado de la Facultad de Psicología. Desde ese lugar presentó la propuesta para impartir un Doctorado en Psicología y fue así como llegó a convertirse en la primera directora de ese programa, hasta antes de asumir como vicerrectora de Investigación y Postgrado institucional, en mayo de este año.
—¿Se imaginaba este nombramiento? ¿Cómo se lo toma?
Es algo que jamás había pensado o imaginado y me tomó por sorpresa. Lo asumo como un desafío, en el sentido de tener que seguir trabajando para que esta Universidad destaque aún más; en ser un aporte en la formación de investigadores e investigadoras; en construir conocimiento en áreas cruciales y seguir ofreciendo una perspectiva única. Lo tomo y lo hago convencida de que podemos hacer una diferencia en esta nueva etapa para la Universidad.
Dada su trayectoria, desarrollada casi en plenitud en esta Institución, la vicerrectora asegura que “he creído y he trabajado por hacer de este proyecto, en lo que me ha tocado, lo mejor que he podido. Y le he dedicado toda mi vida laboral porque creo profundamente en él y en el aporte que significa nuestro punto de vista para el país. Me entusiasman los y las estudiantes que recibimos, con perspectivas de vida muy ricas y comprometidas, y he visto cómo la formación que ofrecemos hace una diferencia crucial en sus vidas”.
—Cuando habla de la perspectiva única que ofrece la UAH, ¿a qué se refiere?
Me refiero al compromiso con la justicia social, con la historia y con la memoria. Me refiero a un compromiso profundo, de hacerse preguntas difíciles y no conformarse con la superficie. Con ir a la complejidad y observar los fenómenos no desde los puntos de vista obvios. Eso es algo que no todas las universidades tienen. En ese sentido, yo creo que esta Universidad tiene un compromiso con el cuidado del pensamiento, en su dimensión ética.
A pesar de que existe un creciente consenso en que la educación superior debe ser más breve y flexible a futuro, la vicerrectora expresa sus reservas sobre si el mercado laboral chileno está preparado para recibir profesionales con trayectorias formativas más cortas, pero más diversificadas. En su opinión es fundamental que la formación universitaria avance hacia una mayor flexibilidad curricular y que las certificaciones cortas y continuas se conviertan en una norma.
—¿Qué desafíos tienen las universidades en lo que respecta a impartir una educación que se adecúe a los tiempos?
Evidentemente necesitamos miradas que no se limiten por las perspectivas disciplinares. Creo que un desafío es el trabajo de las universidades con la industria, que debiera ser mucho más vinculado y vinculante, pero por otro lado también lo es cómo las industrias pondrán en valor estas miradas interdisciplinares. Porque una cosa es lo que vamos a hacer desde la universidad y otra distinta es si eso se va a materializar en mayores y mejores oportunidades laborales para las personas.
Así como se plantea preguntas, en su análisis también aborda el papel crucial del Estado en la financiación y el apoyo a la investigación de calidad, porque “la interdisciplina no debe limitarse a la combinación de ciencias sociales y humanidades, sino que debe integrar también las ciencias naturales y las ingenierías. Este enfoque permitiría abordar problemas complejos desde múltiples perspectivas, promoviendo soluciones innovadoras y efectivas, pero eso necesita el compromiso constante del Estado con el conocimiento”.
—Antonia, ¿cuál es la relevancia de formar doctores y doctoras altamente calificados como los que forma la UAH?
La relevancia está en que, cuando formas un doctor, formas una persona que probablemente se irá a otra organización a seguir investigando, innovando o formando. Entonces, cuando has desarrollado una línea de investigación a través de esos investigadores(as), esa línea se mantiene en el tiempo y la investigación trasciende a más personas, se va multiplicando, lo que nos permite extender nuestra perspectiva transformadora e incidir en la sociedad de forma más profunda y a largo plazo.
—¿Qué rol tiene la internacionalización en la formación de postgrado?
Considero que es fundamental que estudiantes de postgrado puedan viajar a exponer a congresos afuera o puedan desarrollar investigaciones. Para mí fue una posibilidad importantísima y clave en mi carrera. Uno de los logros más importantes que tengo, que fue presidir una sociedad internacional, tiene que ver con haber viajado.
En esa línea, la vicerrectora comenta que la UAH tiene un compromiso arraigado con la posibilidad de brindar apoyo a sus estudiantes de doctorado a través políticas de internacionalización, para que logren presentar afuera y hagan pasantías, así como para que conecten con comunidades académicas en el exterior.
“Tenemos un compromiso con la investigación y nuestros doctorados tienen excelentes acreditaciones. La generación de conocimiento a este nivel es un producto de la Universidad, por lo tanto, agrega valor no solo en el sentido de la capacidad de formar conocimiento hiperactualizado, sino que además nuestros estudiantes de doctorados son altamente productivos, escriben artículos, presentan en congresos y eso también contribuye al posicionamiento público de la UAH”.
Eso, sumado a que algunos de los y las doctorantes hacen clases en pregrado, otorga a la formación de profesionales de la Universidad un conocimiento profundo y de vanguardia que es parte de la propuesta única y transformadora. “Me parece que esta Universidad es un espacio único que hay que cuidar. Es un espacio de libertad de pensamiento; un pensamiento social y éticamente comprometido”, sentencia la vicerrectora Antonia Larrain.
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