“El proyecto de ley que regula la instalación de jardines infantiles que se discute en el congreso va a generar jardines infantiles de primera y segunda categoría”. Así lo afirmó la directora de Educación Parvularia de la UAH, María Isabel Díaz en el debate Agenda Educación “Cambios en Educación parvularia: desafíos y dilemas”, organizado por el CIDE y la Facultad de Educación de la U. A. H., en el que participó junto a la Vicepresidenta de la Junji María Francisca Correa.
La especialista en desarrollo curricular y diseño de políticas públicas para la primera infancia explicó que el proyecto –que se encuentra en el Senado y se discute hoy 14 de agosto- está pensado desde la lógica de lo privado y no de la educación pública.
“Los jardines infantiles de la Junji –que no tienen fines de lucro- actualmente deben responder a una estricta normativa de calidad, en tanto los privados, que son en general jardines pequeños, no cuentan con regulaciones obligatorias que resguarden condiciones básicas de funcionamiento educativo”.
Señala que sin embargo, con el argumento de controlar esta situación, se está planteando la creación de un marco jurídico paralelo, que establece requisitos obligatorios mínimos sin los mismos estándares de calidad que se le exigen a los jardines públicos. Más aún, ahora estas normas se aplicarían a todos los establecimientos, públicos y privados. “Lo más prudente es usar otros dispositivos para controlar la situación con los jardines particulares”.
Agregó que el proyecto no pone exigencias en cuanto al perfil de los sostenedores y deja fuera aspectos como la utilización de las bases curriculares creadas por el Ministerio de Educación. “El proyecto exige un proyecto educativo, pero inexplicablemente deja de lado las Bases Curriculares para la Educación Parvularia”.
María Isabel Díaz alertó sobre la inequidad que se producirá entre los niveles etáreos. Mientras de 4 a 6 años (prekínder y kínder) serán reconocidos oficialmente, dado que en su mayoría se encuentran en colegios, el tramo de 0 a 3 años en el sector privado solo contará con autorización, que no alcanza para declararse como establecimiento educacional, de acuerdo a las exigencias del MINEDUC.
Por otra parte, la propuesta valida el decreto 315 que disminuyó en algunos casos el estándar de adultos por niño, estableciendo la obligación de atender cursos a las directoras del establecimiento.
“Se requieren directivos concentrados en su tarea, hay consenso sobre la importancia de la gestión directiva en la calidad de la educación de un establecimiento, y esto no es diferente para los que atienden a los niños de 0 a 6 años”. Además, señaló que se necesita aumentar el coeficiente de personal en salas cunas y no bajarlo si la intención es mejorar la calidad de la atención.
Asimismo, María Isabel Díaz alertó sobre los riesgos de escolarización de la Educación Parvularia a partir de la instauración de Kínder obligatorio, proyecto aprobado por unanimidad en el Congreso.