En un viaje que abarcó desde el 2020 hasta el 2023, la directora de la carrera de Pedagogía en Música, Lorena Valdebenito, se embarcó en una investigación única, que tuvo como objetivo principal explorar los afectos y emociones masculinas presentes en las canciones de cantautores chilenos compuestas entre los años 1960 y 2014.
La metodología de la investigación, fundamentada en la revisión de discografías, prensa y archivos, se propuso desafiar la noción de masculinidad hegemónica arraigada en la sociedad, buscando descentrarla y explorar aspectos menos convencionales asociados a lo masculino.
Del análisis se desprendió que la ternura es un tipo de afecto que se repite y que se manifiesta de distintas formas. La investigadora las catalogó en tres tipos:
La ternura infantil, un imaginario impregnado de reminiscencias de la propia infancia o recreaciones donde personajes como “Luchín” (Víctor Jara) se convierten en protagonistas.
Con sus manitos moradas/ Con la pelota de trapo/ Con el gato y con el perro/ El caballo lo miraba
La ternura amorosa, como la conexión afectiva con la pareja –y que se separa del idilio y lo erótico–, donde aparecen canciones como “Mira niñita” (Los Jaivas) o “Cuando voy al trabajo” (Víctor Jara) como testimonios de afecto profundo.
Pienso en ti/ Mi vida, pienso en ti/ En ti, compañera de mis días/ Y del porvenir
La ternura paternal, que encuentra su inspiración en el nacimiento de los hijos, en vínculo con la ternura maternal. Aquí está, por ejemplo, “Canción de cuna para un niño vago” o “Duerme negrito” (la primera, de Víctor Jara; la segunda, de tradición latinoamericana).
Duérmete mi niño, nadie va a gritar/ La vida es tan dura, debes descansar
Otra noción explorada fue la amistad entre hombres y las canciones concebidas como homenajes. En este contexto, la académica habla de “homoafectividad”, una relación fraternal y de afecto entre los propios cantautores que emerge como un elemento distintivo. Aquí se puede mencionar “Pasajero de la luz” en homenaje a John Lennon (Fernando Ubiergo).
Preciso tanto escuchar tu voz/ Tu melodía, la vibración/ Solamente una canción
“Sin embargo, la afectividad masculina, en la investigación, no solamente se ve reflejada en las letras, sino que también en el componente performativo de la música, como la voz y sus múltiples posibilidades interpretativas, la instrumentación, la armonía, la agógica, las dinámicas, entre otros elementos, siendo el discurso musical en sí, un agente habilitador de diversos matices afectivos”, cuenta la investigadora del Instituto de Música UAH.
Contribución social
La investigación, financiada por el proyecto Fondecyt Iniciación (11200872), permitió a la académica explorar diversas corrientes musicales, desde el Canto Campesino, la Nueva Canción Chilena, el Canto Nuevo, hasta los cantautores contemporáneos. En este trayecto pudo observar otras temáticas, como la figura materna en el exilio del Canto Nuevo, o el Complejo de Electra en una canción de Eduardo Peralta (“María Belén y yo”).
“Esto me llevó a otras aristas, como el psicoanálisis o los sueños, que se proyectan en las canciones”, complementa Lorena Valdebenito, destacando las múltiples capas afectivas y emocionales presentes en las composiciones estudiadas.
La investigadora agrega que este trabajo aborda un problema historiográfico en Chile al integrar lo masculino y lo femenino, desafiando las convenciones sociales asociadas a ambos géneros. De hecho, es el estudio más extenso a nivel nacional que se sumerge en los afectos masculinos en la música.
“Al día de hoy, cantautores contemporáneos como Tata Barahona o Nano Stern han seguido una tradición de una noción afectiva muy marcada, muy presente en Eduardo Gatti por ejemplo, que difiere considerablemente de otros cantautores de la época”, agrega Valdebenito, haciendo hincapié en la continuidad del factor emocional en los músicos chilenos.
El resultado de este proyecto será un libro destinado a difundir ampliamente este valioso resultado de la exploración temática de las composiciones de cantautores nacionales.