Belén Marín es la actual coordinadora social del Centro Universitario Ignaciano (CUI), y está principalmente encargada de la participación estudiantil en voluntariados. Tiene 29 años y a su cargo están 13 voluntariados, 170 personas inscritas —entre primero y quinto año— y 18 intervenciones semanales, 10 de ellas presenciales y tres online.
Tutorías psicoeducativas para escolares vulnerables, taller de fomento lector y alfabetización en cárceles, orientación a migrantes —a través del Servicio Jesuita a Migrantes—, acompañamiento en centros de rehabilitación, y compañía a adultos mayores en situación de abandono —a través del Hogar de Cristo— son algunas de las labores que desempeñan los y las voluntarias del CUI y que están a cargo de Belén.
Que ella ocupe este cargo no es azar: estudió Pedagogía en Educación Básica en la UAH y participó de forma activa en la pastoral; prestó apoyo en colegios y durante la pandemia colaboró con el proyecto Conectémonos, una instancia online que brindaba soporte emocional al estudiantado y les ofrecía la posibilidad de hacer redes pese a que se conectaban solo de forma remota.
Además, fue integrante del proyecto intercultural Zanmi, instancia educativa encargada de enseñar español a migrantes haitianos y que en el último tiempo estuvo a cargo de los académicos Bárbara Fernández, Gonzalo Maulén y Erick Lundy.
Belén cuenta que uno de sus principales desafíos es lograr que los y las estudiantes quieran hacer voluntariado; conseguir que se involucren con las causas y “hagan carne la teoría”. En ese sentido, explica, hacer intervención territorial es una ventaja profesional ya que “potencia las habilidades blandas, te convierte en un mejor ser humano, capaz de escuchar y de dar con el solo fin de aportar, sin pedir nada a cambio”.
El día 25 de abril el CUI realizó la firma de compromisos de mentores, una ceremonia que consagró el trabajo de la Coordinación Social del CUI en la formación de jóvenes voluntarios(as) en la importante labor de relevar y promover a los nuevos agentes de transformación social y a quienes el capellán Pablo Walker regaló las siguientes palabras:
Nuestra vida es pequeña respecto de nuestros sueños. Por tiempo, muchas veces no podemos hacer todo lo que quisiéramos. Pero ustedes están entregando y regalando a otros lo más valioso que tienen: su tiempo, precisamente. Confiamos en que Dios les multiplicará.
Sigue al CUI en Instagram <<<