Por Carmen Sepúlveda
Según la ONU, 62 millones de toneladas de ropa se producen en el mundo y el 85 % termina en basurales contaminando el aire y el suelo. Frente a este problema global, existen iniciativas que movilizan a miles de personas a generar un cambio en la forma de entender la compra. Uno de esos proyectos es #vayaconsumismo que nace en el año 2016 para fomentar un consumo más responsable con estrategias de la “cultura basura cero”. Sus fundadores son Alejandra Kopaitic y Agustín Orozco.
Agustín Orozco es egresado de la carrera de psicología de la UAH y Alejandra Kopaitic es ingeniera medioambiental de la Universidad de Viña del Mar. Juntos han construido una comunidad de 60,6 k en Instagram que los reconoce como embajadores que ponen freno a la compra compulsiva. Lo hacen desde una filosofía que interpela a sus seguidores con preguntas como: ¿Realmente necesito comprar eso? ¿Sabemos qué empresa está detrás de ese producto? ¿En qué condiciones laborales y con qué materiales producen lo que venden? o ¿Cómo es el proceso de fabricación y distribución final de esos productos? En resumen, Alejandra y Agustín promueven la reflexión antes de comprar y a través de las redes, entregan datos científicos actualizados que motivan a generar el cambio.
Conocer, por ejemplo, la huella -indicador medioambiental que define el volumen total de agua dulce utilizado para producir los bienes y servicios- ayuda a ser más conscientes y eficientes a la hora de utilizar este recurso. Por ejemplo, una camiseta contiene unos 200 gramos de algodón, y para conseguirlos se necesitan 2.000 litros de agua.
Vivir con menos
Según Agustín, el lema que acompaña el proyecto es “más simples, más felices” y surge de un largo recorrido de identificar el comportamiento social de acumular por acumular y no entender el impacto que eso tiene en el ciclo de vida del planeta. “Estamos convencidos que una vida más simple, con más relaciones humanas, colaboración y respeto por otras especies, te hace más feliz. Es una afirmación y una invitación a vivir con menos y de una manera más consciente y responsable con el planeta, por eso es nuestro lema”, dice.
Instagram es la plataforma elegida para comunicar y difundir el proyecto. Lo hacen a través de charlas, talleres y diariamente publican datos y aconsejan cómo generar menos residuos, cómo reciclar y reutilizar un sinnúmero de objetos, además de enseñar a cultivar alimentos saludables y a hacerse cargo de los residuos personales.
La última campaña que lanzaron, trata justamente de visibilizar los impactos negativos que tiene la industria de la moda. Se llama #QueVuelvanLosRegalones, una instancia para reparar prendas antiguas, usadas y desgastadas que tienen el valor de ser parte de nuestra historia personal: pueden ser polerones, blue jeans, chalecos o zapatos que intervenidos dan un nuevo look y alargan su vida útil.
Hacer su propio pan
Según los jóvenes, la respuesta que ha tenido #vayaconsumismo de parte de sus seguidores es muy colaborativa, más en tiempos de pandemia, porque las personas se dieron cuenta que dependen menos de los supermercados y de las grandes tiendas. “Hemos visto a mucha gente aprendiendo a cocinar, haciendo su propio pan y lo más lindo es que tienen ganas de cultivar sus propios alimentos en casa y están motivados con tener compost o vermicompost y hacerse cargo de sus residuos orgánicos”, comenta Agustín.
Durante la cuarentena, uno de los post más visitados es el que alerta del aumento del uso de productos desechables como las mascarillas. Para #vayaconsumismo una crisis no puede incrementar otra. El plástico no desaparece, sólo cambia de sitio, por eso refuerzan el llamado a preferir reutilizables, y a elaborar la mascarilla en casa y lavarla cada vez que se sale a la calle.
El mejor residuo es el que no se genera
Por otro lado, fomentar un mundo sin basura es un llamado también a los gobiernos ya que para este movimiento las autoridades deben ser parte. Si bien en Chile se han implementado prácticas de reciclaje con cifras de 83.679 toneladas al año, para estos jóvenes no es suficiente. Hay que cambiar el paradigma, pasar del reciclaje hacia la prevención y disminución en la generación de residuos, porque el mejor residuo es el que no se genera.
“Estamos en una crisis socioambiental global y es urgente abordarla como tal, para eso es muy importante que los gobiernos empiecen a preocuparse tanto de la fabricación de los productos como de establecer estrategias preventivas desde la primera infancia, enseñar a los niños y niñas a comprar lo justo y evitar productos desechables de 1 sólo uso”, comentan.
La psicología como una herramienta
Agustín Orozco es egresado de la carrera de psicología de la UAH, formación universitaria que le entregó herramientas que fueron muy útiles para crear este proyecto: saber cómo investigar, dónde buscar literatura científica, filtrar información responsable, plantear conceptos que ponen en discusión al individuo con el consumo y su relación con el placer y, desde ahí, hacer una reflexión más profunda de cómo construir socialmente modelos de relación con el medioambiente. “Creo que la psicología es una disciplina particularmente flexible y que permite conectarla con muchas otras”, concluye.