Durante el pasado 10, 11 y 12 de octubre se desarrolló en nuestra universidad la “Semana de la Salud Mental: UAH al cuidado de la comunidad”, actividad que tuvo como finalidad concientizar sobre la prevención del bienestar psicológico, emocional y social de la comunidad hurtadiana, y que consideró la participación de diversos expositores, stands, juegos y talleres dedicados a estos temas.
Esta instancia fue el resultado de un trabajo colaborativo entre las diversas áreas que conforman la Vicerrectoría de Integración -Centro de Desarrollo Personal (CEDEP), Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE), Unidad de Participación Estudiantil (UPE) y Centro Universitario Ignaciano (CUI)-, en conjunto con la Dirección de Personas, dependiente de la Vicerrectoría de Administración y Finanzas.
Al respecto, Paula Amarales, directora del Centro de Desarrollo Personal y una de las principales impulsoras de la actividad, mencionó que la idea de esta iniciativa es que se replique el próximo año, considerando la buena recepción que tuvo en la comunidad. “En general las actividades tuvieron bastante participación, y se generó un clima alegre y tranquilo. Además, recibimos buenos comentarios de las personas que participaron”, agregó.
Entre las actividades desarrolladas destacaron las muestras de música en vivo, los cuentacuentos, las clases de yoga, las partidas de ajedrez y las demostraciones de pintura. Además, la “Feria de Salud Mental” consideró una variada muestra de stands informativos y pymes con productos relacionados al mundo del bienestar, como aromaterapia, flores de Bach, etc.
Pensando en nuestros/as estudiantes, durante estos días se ofrecieron charlas y conversatorios para hablar sobre temas que, por su complejidad, son difíciles de abordar en el día a día, por ejemplo, “Duelo y tipos de duelo” o “Suicidología y música”. También se realizó un taller de corporalidad y una presentación especial sobre sonoterapia y baño de gong.
El autocuidado como herramienta para enfrentar la vida universitaria
Benjamín Zabala es estudiante de Pedagogía en Inglés y participó del taller “Sonoterapia y baño de gong”, una experiencia que le pareció muy enriquecedora: “Ese día medité en la mañana y, en el transcurso de la jornada, apareció este espacio para continuar con la medición. En esta oportunidad logré contemplar otras cosas, como los sonidos y la vibración. Además, cuando uno medita en conjunto, se logra una energía mayor. Fue maravilloso lo que sentí”.
Por su parte, Constanza Smith, estudiante de Educación Diferencial, compartió su visión sobre el taller de corporalidad: “Este espacio me pareció reconfortante, porque uno puede expresar lo que siente en un lugar de confianza, donde uno sabe que nadie se va a reír. Entonces, eso te ayuda a sentirte bien, cómodo y acompañado”.
Sus palabras se suman a las de Karen Richter, estudiante de Gestión de Información, Bibliotecología y Archivística, quien también asistió a este taller de expresión corporal, momento que calificó como divertido e introspectivo. “Me hizo recordar los momentos de conexión que tengo con la escritura, que para mí es muy bonito e íntimo. Con este taller recordé esos momentos en privado, y sentí una nostalgia importante”, concluyó.
Y es justamente ese el objetivo que perseguía esta semana, al permitir a nuestros/as estudiantes realizar una pausa para reconectarse, otorgándoles herramientas de autocuidado. Porque el rendimiento académico va de la mano con una buena salud mental, aspecto que considera mantener un equilibrio con el entorno a través del bienestar emocional, psíquico y social.