Aika es una perrita de raza akita que, si tienes suerte, puedes encontrar en el campus patrimonial UAH. Suele andar por aquí acompañando a su humana, Darlyn Capurro, estudiante de Ingeniería Comercial.
Darlyn está en segundo año de carrera, pero es como si fuera de primero. Pese a haber ingresado a la Universidad en 2022, tuvo que congelar a mitad de año y se reintegró ahora.
Pero ya no viene sola. Ahora la acompaña Aika, su perrita de asistencia emocional.
Aika obviamente no es la típica mascota de asistencia emocional que viajaría en el asiento de un avión. Pesa 42 kilos y es dueña de una presencia que no pasa desapercibida. “Es gordita, pero está en su peso”, dice Darlyn.
¿Su labor? No dejar sola a su humana. Y rescatarla, si así lo requiriera. Rescatarla de sí misma.
Darlyn sufrió a mediados del año pasado una crisis nerviosa que le impidió, entre otras cosas, continuar sus estudios. Tuvo que congelar y de paso enfrentar una serie de desafíos a nivel personal y familiar. Como consecuencia de ello tuvo que asumir una terapia farmacológica para lograr estabilizarse.
“Aika tiene un año y ocho meses. Ya existía cuando esto me pasó y estuvo conmigo todo ese tiempo. Lo que yo no sabía es que ella podía llegar a cumplir el rol que tiene hoy conmigo, porque si a mí me diera una crisis ahora, ella sabría cómo reaccionar para tranquilizarme”, dice Darlyn mientras sostiene con una mano la cuerda del arnés morado de Aika.
Para venir con ella a la UAH, la coordinadora académica de Ingeniería Comercial, Ileana Sánchez, le solicitó a Darlyn los documentos del adiestramiento canino de Aika y el certificado médico que prescribe su necesaria compañía. En él se lee “Aika es un apoyo fundamental y su compañía cumple una función imprescindible en el tratamiento psicoterapéutico de ansiedad y depresión” de su humana.
—¿Qué te dicen tus compañeros?
—A todos les gusta, la han aceptado superbién. Me preguntan por qué la traigo y cuando les digo que es de apoyo emocional no tengo que explicar mucho más.
No explica mucho más, pero lo cierto es que Aika le ha permitido ir dejando atrás algunos de los medicamentos que tomaba de forma diaria. Sigue con algunos, como el del sueño, y otro para la concentración. Pero los demás se han ido esfumando: “Yo dependía demasiado de esas pastillas. Para sanarme, me dijeron los médicos que tenía que poner mucho de mi parte. Aika me ha ayudado mucho en eso. Me acompaña, me calma y me hace sentir protegida”.
—¿Y cómo lo haces cuando quiere hacer ??
—Es que acá no le dan ganas. Antes de venir a la U le doy una vuelta en la plaza cerca de mi casa, ahí hace de todo, así que acá ya no le dan ganas. Como vengo solo en las mañanas, cuando volvemos a mediodía, la llevo de nuevo a la plaza y ahí hace otra vez. Ella sabe que tiene esos espacios y que este no es uno de ellos, jajaja.