Claudia Lackington, estudiante de cuarto año de la carrera Educación Parvularia en la UAH.
Si luego del debate educativo que ha vivido nuestro país, aún no se entiende que son los primeros años del ser humano los más importantes para lograr el gran salto que necesita el país, es no entender todavía la relevancia de la educación parvularia. Así lo comprende Claudia Antonia Lackington, 22 años, de cuarto año de Educación Parvularia de la Universidad Alberto Hurtado que toma este principio básico como línea académica en su formación. Aquí cuenta parte de lo que ha sido su recorrido académico en la UAH.
-¿Por qué es fundamental que la educación de la primera infancia sea tratada como educación y no como un proceso de guardería que entregan jardines y colegios?
– La primera formación es fundamental para el desarrollo holístico de cualquier persona, para poder potenciar cada una de sus habilidades como también mejorar sus debilidades, entregando desde aquí oportunidades para su realización como personas y dentro de la sociedad que hoy en día vivimos. La Educación Parvularia es poco valorada dentro de nuestra sociedad, pues no se toma el peso que desde esta edad ya se están formando personas. Por lo que es tarea de cada una de nosotras como estudiantes de Educación y de mi como futura educadora de párvulos, valorar mi labor como docente y la educación en primera infancia e invitar a la sociedad a hacerlo, a darle el espacio que merece esta formación en la etapa de una persona; por lo que invito desde ya a dejar de hablar de pre – básica o de guarderías, la Educación Parvularia es formación en la primera infancia.
– ¿Cómo ha sido tu experiencia académica en la UAH?
– A lo largo de la carrera he tenido el agrado de compartir y educarme con docentes de alta calidad, preocupados y competentes en cada una de las áreas en las cuales como estudiantes se nos espera formar. El ser una carrera pequeña en cuanto al número de estudiantes, permite que nuestra educación sea bastante más personalizada y completa en cada una de las cátedras. Junto a esto, el ser sólo un curso por generación, nos hace ser estudiantes más unidas tanto a nivel de curso como de carrera, pudiendo generar instancias educativas entre pares o con otras generaciones, como también de esparcimiento y vivencias acordes a la carrera y nuestra formación como futuras educadoras.
-¿Cuáles son tus líneas del conocimiento en la educación que te motivan y por qué?
-En cuanto a la disciplina que decido estudiar, hay temas que aún me interesan investigar y seguir profundizando en mi especialización como educadora, como lo es psicología infantil y Ciencias en primera infancia. Lo primero, es porque considero que entender cómo opera psicológicamente un niño o niña en cada una de las etapas de su desarrollo es fundamental para poder ayudarlo y potenciarlo en distintas disciplinas, desarrollando desde aquí diversas estrategias y dinámicas que ayuden en su forma de aprender y comprender los distintos aprendizajes que se esperan estimular en su persona.
Lo segundo, es porque considero que hacer Ciencias en primera infancia es relevante para un primero acercamiento a la indagación y el cuestionamiento del mundo que nos rodea. Los niños y niñas es evidente que aprenden desde el juego, lo cual esta disciplina lo permite en un amplio abanico, pues los invita a experimentar, a hipotetizar, a realizar y participar activamente dentro de su proceso de enseñanza – aprendizaje.
-¿Qué ha sido lo más difícil de estudiar Educación Parvularia en Chile?
-La problemática que más me ha costado comprender en la educación de primera infancia, es que esta no es considerada una formación en sí misma, muchas veces no se valora que desde esta etapa los niños y niñas comienzan a aprender y no es que estén pasando por un periodo que solo los lleva a otro o sólo se les cuida.
Desde variadas experiencias que he tenido en los centros de práctica a los cuales he asistido a realizar cada una de mis ELABs (experiencias laborales), he podido evidenciar como en Jardines Infantiles la educación en esta etapa se ve sólo como algo asistencial, por lo que, los recursos para realizar dinámicas o experiencias de aprendizaje significativas para los niños y niñas es muy limitada, ya que solo “se cuida” a los párvulos mientras los apoderados realizan sus funciones diarias. Dándole poca importancia al desarrollo holístico de los niños y niñas y la gran cantidad de oportunidades que tienen de aprender diversas disciplinas en este rango etario.
Por otro lado, he tenido la oportunidad de realizar ELABs en colegios en los cuales la formación va dirigida a preparar a los párvulos para el siguiente nivel de aprendizaje que es Básica, pero la formación no se enfoca en potenciar habilidades que los niños y niñas a esta edad pueden ayudarles por ejemplo: a conocerse y apreciarse como persona, a trabajar en equipo, a comprender el mundo que los rodea, entre otras. Lo cual es bastante frustrante, pues dentro de nuestra formación se nos enseña que a los niños y niñas hay que dejarlos ser y vivir esta etapa tal y como corresponde, potenciando principalmente el juego porque eso es lo que ellos ven más cercano al momento de aprender.