Las prácticas restaurativas se basan en el desarrollo de la comunidad a partir del fortalecimiento de los vínculos. Una de sus principales herramientas es el diálogo como canal para la resolución de conflictos, creando entornos positivos para toda la comunidad educativa. Aplicar esta metodología en nuestra Universidad, y ver qué aprendizajes se extraen a partir de encuentros abiertos a todo el estudiantado, es el objetivo del primer ciclo de los “Círculos restaurativos: Herramientas de diálogo para la vida universitaria”.
Esta actividad -liderada por la Dirección de Comunidad Universitaria (DCU) en conjunto con la Dirección de Género, Diversidad y Equidad (DGDE) y el área de Liderazgo y Participación Estudiantil de la Vicerrectoría de Integración-, se extenderá durante todo octubre. En total serán 4 encuentros (uno cada martes del mes), en el que se abordarán estas temáticas:
8 de octubre: Círculo Restaurativo sobre Vida Universitaria.
15 de octubre: Círculo Restaurativo sobre Convivencia.
22 de octubre: Círculo Restaurativo sobre Género.
29 de octubre: Círculo Restaurativo sobre Liderazgo y Participación Estudiantil.
Francisco Farías, encargado de Convivencia Universitaria de la DCU, explica que, al utilizar este método, se favorece la participación directa de las y los integrantes del círculo interior, promoviendo la escucha activa y empática de todos los/as integrantes.
“A través de estas conversaciones abordaremos temas específicos que nos permitirán diseñar nuestras acciones de cara al 2025, junto con prevenir situaciones de violencia en el contexto universitario. Este modo de dialogar respeta las particularidades de cada persona, ya que es voluntario; nadie te obliga a hablar. Al no dar espacio para las críticas, evaluaciones o juicios, el grupo se siente cómodo y en confianza”, detalla Farías.
Restauración versus sanción
Los círculos restaurativos son una forma de intervención basada en la reparación y el aprendizaje a través de un proceso de participación y toma de decisiones grupal y colectiva. Esta metodología es opuesta a los modelos basados en el castigo o las sanciones, ya que parte del principio de que las relaciones se pueden restaurar abogando por valores de inclusión, pertenencia, solidaridad y escucha activa, entre otros.
Además, quienes han utilizado este método en el contexto educativo indican que -por su naturaleza-, los círculos ayudan a recomponer las relaciones humanas y a reparar el daño.
“Esta herramienta en particular busca generar un espacio horizontal para fomentar la equidad y el diálogo. Al permitir que diferentes voces se expresen, incluso en temas difíciles, se crean condiciones para la empatía y la comprensión, lo que no solo ayuda a reducir tensiones, sino que también es clave para prevenir la violencia de género y la discriminación. Generar un contexto seguro y respetuoso permite que las personas se sientan cómodas compartiendo sus experiencias y perspectivas, lo que enriquece el diálogo y contribuye a un entorno más inclusivo”, detalla Ximena Díaz, analista de Género de la DGDE, quien además destaca la articulación entre las distintas áreas de la UAH que trabajan directamente con estudiantes, lo que permite comprender la vida universitaria de manera íntegra.
Para la preparación de este ciclo se utilizó como fuente el trabajo del especialista belga Jean Schmitz, experto en Prácticas Restaurativas y Gestión Integradora de los Conflictos, con amplia experiencia en instituciones públicas y privadas de Latinoamérica y España.
Para más consultas y orientación, las/os interesadas/os pueden escribir a la casilla de correo acogidaconvivencia@uahurtado.cl o bien acogidagenero@uahurtado.cl, según corresponda.