El 1 de octubre de 2023 comenzarán a regir los nuevos criterios y estándares de calidad elaborados por la Comisión Nacional de Acreditación, luego de aplicarse las modificaciones impulsadas por la Ley 21.091 de Educación Superior. Esto trae consigo un desafío muy importante para nuestra universidad, ya que seremos uno de los primeros planteles en ser evaluados bajo este nuevo modelo, el que responde a las necesidades del contexto actual y futuro.
De acuerdo con lo informado en el portal de difusión de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), “Ojo donde estudias”, la acreditación institucional comenzó a ser obligatoria para las universidades desde enero de 2020. Además, es importante recordar que la CNA es la única entidad responsable del proceso de acreditación de las universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica.
Los criterios y estándares para medir la calidad de las instituciones se agrupan en las siguientes dimensiones:
- Docencia y Resultados del Proceso de Formación
- Gestión Estratégica y Recursos Institucionales
- Aseguramiento Interno de la Calidad
- Vinculación con el Medio
- Investigación, Creación y/o Innovación
Estos cambios se dan en el contexto de una exigencia de mayor calidad para todas las instituciones del sistema, lo que se refleja en el establecimiento de tres niveles de acreditación (básico, avanzado y excelencia).
Por otro lado, la definición de estos nuevos criterios y estándares complementa el tradicional enfoque hacia procesos, incorporando explícitamente la consideración a los resultados de los procesos formativos, en el entendido de que existen aspectos de la calidad que son medibles.
Por último, el nuevo modelo pone énfasis en la existencia de una genuina cultura de la calidad que dé cuenta de procesos de autoevaluación auténticos, que reflejen el trabajo de reflexión realizado por cada comunidad educativa.
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