A estas alturas parece reiterativo señalar que el homicidio de Ámbar ha dejado en evidencia serias fallas del sistema judicial chileno, dentro de las que sin duda la falta de protección y vulneración de derechos de niños/as y mujeres destacan como las más alarmantes. No obstante, en esta columna queremos centrarnos en el rol de las evaluaciones psicológicas en contextos forenses y reflexionar si, desde la experticia de este conocimiento, es posible ayudar en la toma de decisiones judiciales.
En el debate sobre la libertad condicional otorgada a Hugo Bustamante ha surgido la pregunta sobre la falta de confianza entre jueces en los informes de gendarmería y, en términos más generales, en las pericias psicológicas y psiquiátricas. Algunos reclaman la uniformidad de algunos informes, señalando la sospecha de estar frente a conclusiones realizadas en serie; mientras otros se quejan de la falta de fundamento que éstos tendrían para llegar a sus recomendaciones, transmitiendo la sensación de estar frente a “opiniones subjetivas” o “juicios morales” más que a un saber experto.
Nos interesa aportar al debate explicando el tipo de conocimiento que abordan las disciplinas que desempeñamos, incluyendo en ellas al psicodiagnóstico, las evaluaciones de personalidad, la psicología forense y, por último, el psicoanálisis como marco epistemológico que puede ser utilizado para interpretar los hallazgos en dichos campos.
Estas disciplinas abordan la problemática de “lo humano”, prestándose con facilidad (por la misma índole de su objeto de estudio) a malentendidos y al uso discriminatorio o inadecuado de sus conceptos y perspectivas…
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