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¿Necesita Chile una nueva constitución?

Esa y otras interrogantes sobre un cambio constitucional abordaron los invitados al conversatorio ¿Nueva Constitución? caminos constitucionales para responder a la crisis social convocado por la Facultad de Derecho de nuestra universidad la que, ante la crisis socio-política actual de Chile, ha querido abrir espacios de diálogo y análisis.

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Conversatorio ¿nueva Constitución? caminos constitucionales para responder a la crisis social

En el encuentro, que tuvo una gran convocatoria, participaron como panelistas los abogados y académicos constitucionalistas Jaime Bassa de la Universidad de Valparaíso; Sergio Verdugo de la Universidad del Desarrollo; y Tomás Jordán de la UAH.  Moderó Enrique Rajevic.

Abrió el diálogo, Sergio Verdugo con la pregunta “¿Necesita Chile una nueva constitución?, yo creo que sería útil una nueva constitución, creo que Chile debe tener una nueva constitución, pero me preocupa el procedimiento para poder hacerla”. 

Desde la perspectiva de Verdugo, el debate constituyente se debe enfocar en la organización del poder, porque, según explicó, nuestra constitución y la comunidad política que ella ha organizado han estado muy influidas por todas las reformas constitucionales que hubo desde los años 90 hasta el año 2015 que fue la última gran reformar en el sistema electoral. “En ese momento se produjo una dinámica política que hoy es insostenible y que debe ser modificada porque genera gobiernos de corto plazo (4 años), que no son capaces de generar coaliciones legislativas”. 

Por su parte, Tomás Jordán indicó que los criterios que deben existir para que se produzca un cambio constitucional son dos:  por un lado que haya acuerdos políticos lo más amplios posibles y, por otro, que exista legitimidad social.

Explicó que el acuerdo político se trata de que las fuerzas democráticas se pongan de acuerdo en la manera en cómo cambiar la constitución; y la legitimidad social tiene que ver con la definición clásica en que la ciudadanía apoya el mecanismo o el proceso de cambio. “Sin esto no hay constitución, uno de los elementos propios de ese apoyo tiene que ver con que las personas participen lo más posible en el proceso de cambio”, explicó Jordán, agregando que la democracia representativa está en crisis en Chile y en todo el mundo. 

Antes de iniciar su participación, Jaime Bassa destacó la gran convocatoria del conversatorio y se refirió a que esto demuestra que hay un cambio del contexto político en que se está dando la actual discusión sobre el cambio constitucional, que es muy distinto al que hubo en instancias pasadas en que se discutió sobre este tema. 

En este nuevo escenario, el académico de la Universidad de Valparaíso, destacó dos elementos nuevos que se deben considerar. Por un lado, coincidiendo con Tomás Jordán, está la crisis del sistema de democracia representativa que no solo se está dando en Chile, sino que en todo el mundo.  “Hay una falla estructural del modelo por las consecuencias que genera como la separación radical entre el representante y el representado, donde el representante termina ejerciendo el cargo para satisfacer intereses particulares, eso es lo que se ha visto en Chile en los últimos 30 años”.

Por otro lado, está la rearticulación del tejido social que se desactivó en la época post dictadura y que responde a una recuperación no solo de los espacios de diálogo, sino también a los espacios de autogobierno y de confianzas, etc. “Esta es una sacudida de ese temor que infundió en nosotros el modelo neo liberal, temor al otro, a las calles, al espacio público, y empezamos a entender que la ciudadanía no se construye desde la competencia sino desde la colaboración, no solo desde el interés individualista, sino que desde la solidaridad”. 

Respecto de esto, Bassa señala que el principal problema es el artículo 19 de la constitución chilena que, en sus palabras, es el que menos se ha tocado desde el 11 de septiembre de 1980. “Ahí está la raíz del malestar social: educación, salud, trabajo, régimen sindical, propiedad de las aguas, medioambiente, igualdad ante la ley, diversidad, autogobierno, familias, etc. Es una raíz que nos convoca desde el malestar y que nos permite entender por qué el sistema constitucional ha impedido el financiamiento solidario, por ejemplo en salud pública (….) hay una problema con la forma en que el Estado en Chile garantiza los derechos fundamentales, especialmente los derechos sociales”.

Concluyó señalando que teniendo en cuenta estos dos elementos que definen el nuevo contexto de esta discusión, se va a tener que, entre otras cosas,  “construir un eslabón entre esta potestad esta potencia popular constituyente y la institucionalidad del Estado, eso lo vamos a tener que hacer”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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