Ángela de la Cerda, estudiante de Psicología UAH, participó en el Décimo Encuentro Internacional de Psicología en La Habana, Cuba, entre el 7 y 11 de mayo de 2018. En dicha instancia, viajó junto a sus compañeros de investigación, Francisca Barrios y Felipe Poblete, con quienes presentaron su trabajo académico, centrándose en los prejuicios de los estudiantes de Psicología UAH sobre las técnicas proyectivas.
¿Cómo describes esta experiencia internacional?
Tuvimos harta audiencia. Había personas de Argentina, México, Nicaragua, Paraguay… Los argentinos eran nuestros aliados, en cierto sentido, porque ellos también utilizan las técnicas proyectivas, que permiten abstraer o categorizar rasgos de personalidad… Después de la exposición se abrió el debate sobre cómo se utilizan las técnicas proyectivas en Chile, y comenzamos a debatir sobre el psicoanálisis. Algunos países como Ecuador consideraban que estaba obsoleto, por ejemplo. Era muy interesante conocer las distintas visiones.
Además, con la Beca PMI no nos faltó nada. Pudimos financiar nuestro pasaje, la estadía y la inscripción al Congreso. Tuvimos muchos encuentros interculturales, charlas de neuropsicología… Aprendimos distintas perspectivas de ver la realidad psicoterapéutica y psicológica de otros países.
¿Cuáles fueron los resultados?
En nuestros resultados vimos cómo el ramo de Técnicas Proyectivas UAH ayuda a tener un juicio fundamentado. Hicimos entrevistas a estudiantes de 1°, 4° y 5° año. Los de primero tenían juicios formados respecto a la validez empírica de las técnicas proyectivas. Los de cuarto, ya tenían fundamentada esa validez, pero aparecen cosas nuevas como la ética profesional, o en quinto está muy marcado el vínculo terapéutico, la importancia de ser un profesional íntegro, en constante formación.
¿Cómo te beneficia este Congreso en tu futuro profesional?
A mí me gusta mucho la docencia y siento que te beneficia para poder aterrizar la teoría y conocer la realidad internacional respecto a tus enfoques. Por qué son tan cognitivos o por qué no abalan tanto el psicoanálisis. Te das cuenta de las distintas formas de ver la psicología y cómo se van formando los distintos países… Y también me sirvió mucho para el CV, porque gracias a esa información pude quedar seleccionada ahora en un centro para hacer la práctica profesional.
Felipe Morales, también estudiante de Psicología UAH, participó en la “Cuadragésima novena reunión Internacional de la Sociedad para la Investigación en Psicoterapia” en Ámsterdam, Holanda, entre el 27 y 30 de julio de 2018. El estudiante de quinto año pudo acompañar a Paula Dagnino, jefa del Área Clínica de la Facultad, con quien presentaron avances del proyecto Fondecyt en el cual participa.
¿De qué trató la investigación que presentaron en Ámsterdam?
El panel que presentamos se llamaba “El impacto del funcionamiento de personalidad, la autocrítica y la dependencia en el cambio psicoterapéutico con depresión”. En el fondo, entender que la autocrítica y la dependencia son factores de vulnerabilidad de la depresión, y que esta no se puede comprender como un solo fenómeno, sino más bien es heterogéneo… A partir del trabajo con la profesora Dagnino pude postular al Congreso con apoyo de la Beca PMI (Plan de Mejoramiento Institucional).
¿Cómo fue el acompañamiento de la Beca?
Fue un siete. Financió los pasajes, el seguro médico, la inscripción al Congreso y un viático. El apoyo no solo me permitió ser parte del Congreso, sino también armar muchas redes de contactos con personas de todo el mundo, poder conocer a la gran delegación chilena que asistió, compartir contactos y generar alianzas a futuro.
¿Cuáles fueron los mayores aprendizajes durante esta experiencia?
Tienen que ver con los instrumentos de medición de ciertas categorías: estructuras, sintomatologías depresivas, etc. En el Congreso pude conocer instrumentos más actuales y abrir el abanico de temáticas.
¿Qué significa este Congreso para tu futuro académico y/o profesional?
Ganas mucha confianza. Ahora sé que sí se pueden hacer más cosas, que puedo avanzar y lograr vincular la docencia y la investigación en un futuro, sin dejar de lado lo clínico. Haber sido uno de los estudiantes más chicos en estar ahí es un orgullo. Entender que todo el esfuerzo tiene sus resultados. En verdad estoy feliz. Al principio pasé por todo el nerviosismo, pero ahora veo la experiencia con mucha prudencia y bien orgulloso de lo que se logró.