Francisca Magnani y José Tomás Arratia, estudiantes de 5° año de sociología.
Francisca Magnani y José Tomás Arratia, estudiantes de 5° año de sociología.
Quema de pastizales, un reo muerto y tacos en hora peak son las noticias que nos hablan de Colina, localidad de la Región Metropolitana que hace quince años es la nueva casa de más de 30 mil personas que se fueron a vivir en lo que se conoce como Chicureo. Un territorio semiurbano, profundamente diverso, segregado, tanto que a ratos se piensa que ya no es parte de Santiago. Pero lo es.
¿Cómo conviven sus habitantes? ¿Qué historias se tejen todos los días? ¿Funcionan los traslados? ¿Sus pobladores se sienten parte de un todo?
Colina, es el objeto de estudio de la investigación ¿Periferia Funcional? Movilidad y Territorio, proyecto de los alumnos Francisca Magnani, José Tomás Arratia, Tomás Niklitschek de quinto año de sociología y Alonso Jara de quinto año de geografía de la Universidad Alberto Hurtado.
La investigación ganó el primer lugar del VIII Concurso de Jóvenes Investigadores de la Facultad de Ciencias Sociales de la UAH, que entrega un fondo de 700 mil pesos con liberad de uso y que los estudiantes lo asignan a pago de honorarios.
Según explica, la alumna Francisca Magnani, el objetivo principal del proyecto es analizar la forma en que se desplazan los residentes de Colina y cómo influyen en su capacidad de apropiación del territorio. “Para saber necesitamos determinar un plan de trabajo acotado y hacer entrevistas porque es una localidad en parte agrícola, en parte urbana que colinda a la vez con cárceles y condominios tipo new rich”.
Los jóvenes tienen seis meses para realizar trabajo de campo, y determinar lo más acotadamente posible la investigación. Como explica José Tomás Arratia, es un desafío poder llevar adelante un estudio en terreno, porque en su caso no tienen experiencia en investigación: “Nosotros nos ganamos este fondo, pero no somos alumnos destacados, pero queremos hacerlo bien, porque es un reconocimiento y una oportunidad de hacer un buen trabajo y generar redes, que son muy importantes una vez que se egresa de la Universidad”.
-¿Conoces Colina?
-No, no la conozco, pero la voy a conocer y estudiar.
Francisca y Tomás han cursado toda la carrera juntos, han visto crecer el interés y la comprensión por su carrera, porque como ellos declaran, cuando se entra a estudiar sociología no se sabe muy bien lo que es. Sin embrago, ad portas de titularse, miran para atrás y saben que hubo capítulos muy ricos en la experiencia académica que, si tuvieran posibilidad, sin duda repetirían. “Se entra muy chico a la universidad y no se valoran todos los espacios de desarrollo. En nuestro caso, postulamos a este fondo, competimos con otros proyectos y ganamos, pero la lección es que hay que informarse porque las oportunidades están”, dice Francisca.
La convocatoria al concurso se abre todos los años en el primer semestre, y los resultados se entregan en noviembre. Los alumnos deben llenar un formulario donde se describen los objetivos generales y secundarios, que son evaluados por académicos de la Facultad. El concurso que ya lleva ocho versiones resulta una iniciativa que motiva a los jóvenes a hacerse cargo en un cien por ciento de nuevas preguntas que impactan en la transformación social del Chile actual.
Este 2017 el segundo lugar se lo ganó el tema “Mapeo de la situación actual de los centros de detención y tortura en el centro cívico de Santiago: el devenir del olvido de los espacios de violencia, el tercer lugar “Redes de apoyo a madres en privación de libertad: El caso de la Unidad Materno-Infantil del Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín en Santiago de Chile” y el cuarto lugar “,Alfarería y sensibilidad: (re)configuraciones técnicas de la producción alfarera en el Pomaire actual a la luz de la industria del turismo cultural.
La Facultad acompaña con profesores guías y asesora a la hora de afinar cada una de las partes de los estudios, darles coherencia y fundamento considerando la complejidad de los fenómenos de las ciencias sociales.