Durante una semana el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT) efectuó una visita a las zonas afectadas por el terremoto del 27 de febrero para conocer en terreno la realidad. Encontraron vacíos y debilidades, así como capacidades y buenas prácticas que permitieron planificar una estrategia de trabajo.
Esta misión de reconocimiento, que fue llevada a cabo con el apoyo del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), el Colegio de Arquitectos, la Universidad Alberto Hurtado, la Asociación Chilena de Municipios y la Oficina del Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas en Chile, también contó con el soporte de de autoridades locales y ministeriales del MINVU, de las asociaciones Regionales de la ACHM, alcaldes, concejales y técnicos de las regiones del Libertado O´Higgins, el Maule y Bío-Bío, la Fundación para la Superación de la Pobreza, la ONG Sur Maule, entre otros.
Instituciones que consideran que es necesario avanzar y fortalecer la consolidación de asociaciones, territorios y ciudades con capacidades para enfrentar situaciones de emergencia, reconstrucción y manejo del riesgo de desastres, así como garantizar sostenibilidad y resiliencia en los procesos de desarrollo local.
En consecuencia y como conclusión al trabajo realizado, se firmó una carta de buenas prácticas donde se comprometen a poner en marcha un Centro de recursos, destinado a promover, fomentar y fortalecer capacidades locales para la reconstrucción, la reducción de riesgo y desarrollo sostenible de las ciudades, municipios y territorios del país, materializado en equipos de apoyo para la reconstrucción.
Así lo describe Franz Vanderschueren, director del Programa de Seguridad Urbana de la Facultad de Derecho de la UAH “esta es una excelente forma de trabajar integradamente con actores locales y municipios. Es una forma de organización para la comunidad que servirá para el futuro y no sólo ahora en el proceso de reconstrucción. Es cómo se organizarán las municipalidades de aquí en adelante”.
Este proyecto contempla una primera fase de seis a ocho meses que consiste en un programa de asesoría y capacitación a equipos técnicos tanto del mundo municipal, como el gubernamental y el civil, focalizado especialmente en la VI VII y VIII regiones, las más afectadas por el terremoto.
A la firma del acuerdo asistieron Erik Vittrup, arquitecto urbanista de la Oficina de Río de Janeiro de ONU-HABITATA, el subsecretario de vivienda, Andrés Lacobelli, el vicepresidente de la Asociación Chilena de Municipios y alcalde de Colina, Mario Olavarria y Franz Vanderschueren, director del Programa de Seguridad Urbana UAH, entre otros.
También participaron organismos públicos y de la sociedad civil. Como destaca Rosa María Olave, coordinadora general de proyectos del PSU, “las universidades y la academia tienen un rol muy importante en este proyecto que tiene que ver con desarrollar capacidades a nivel local, para enfrentar no sólo la reconstrucción, sino la prevención de los riesgos y el desarrollo sostenible en los territorios. Entonces tenemos el deber de aportar desde el quehacer académico, investigativo, especialmente desde el sello de nuestra universidad y desde su compromiso con la realidad de nuestro país”.
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Durante una semana el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT) efectuó una visita a las zonas afectadas por el terremoto del 27 de febrero para conocer en terreno la realidad. Encontraron vacíos y debilidades, así como capacidades y buenas prácticas que permitieron planificar una estrategia de trabajo.
Esta misión de reconocimiento, que fue llevada a cabo con el apoyo del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), el Colegio de Arquitectos, la Universidad Alberto Hurtado, la Asociación Chilena de Municipios y la Oficina del Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas en Chile, también contó con el soporte de de autoridades locales y ministeriales del MINVU, de las asociaciones Regionales de la ACHM, alcaldes, concejales y técnicos de las regiones del Libertado O´Higgins, el Maule y Bío-Bío, la Fundación para la Superación de la Pobreza, la ONG Sur Maule, entre otros.
Instituciones que consideran que es necesario avanzar y fortalecer la consolidación de asociaciones, territorios y ciudades con capacidades para enfrentar situaciones de emergencia, reconstrucción y manejo del riesgo de desastres, así como garantizar sostenibilidad y resiliencia en los procesos de desarrollo local.
En consecuencia y como conclusión al trabajo realizado, se firmó una carta de buenas prácticas donde se comprometen a poner en marcha un Centro de recursos, destinado a promover, fomentar y fortalecer capacidades locales para la reconstrucción, la reducción de riesgo y desarrollo sostenible de las ciudades, municipios y territorios del país, materializado en equipos de apoyo para la reconstrucción.
Así lo describe Franz Vanderschueren, director del Programa de Seguridad Urbana de la Facultad de Derecho de la UAH “esta es una excelente forma de trabajar integradamente con actores locales y municipios. Es una forma de organización para la comunidad que servirá para el futuro y no sólo ahora en el proceso de reconstrucción. Es cómo se organizarán las municipalidades de aquí en adelante”.
Este proyecto contempla una primera fase de seis a ocho meses que consiste en un programa de asesoría y capacitación a equipos técnicos tanto del mundo municipal, como el gubernamental y el civil, focalizado especialmente en la VI VII y VIII regiones, las más afectadas por el terremoto.
A la firma del acuerdo asistieron Erik Vittrup, arquitecto urbanista de la Oficina de Río de Janeiro de ONU-HABITATA, el subsecretario de vivienda, Andrés Lacobelli, el vicepresidente de la Asociación Chilena de Municipios y alcalde de Colina, Mario Olavarria y Franz Vanderschueren, director del Programa de Seguridad Urbana UAH, entre otros.
También participaron organismos públicos y de la sociedad civil. Como destaca Rosa María Olave, coordinadora general de proyectos del PSU, “las universidades y la academia tienen un rol muy importante en este proyecto que tiene que ver con desarrollar capacidades a nivel local, para enfrentar no sólo la reconstrucción, sino la prevención de los riesgos y el desarrollo sostenible en los territorios. Entonces tenemos el deber de aportar desde el quehacer académico, investigativo, especialmente desde el sello de nuestra universidad y desde su compromiso con la realidad de nuestro país”.
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