Fuente: La Tercera
Los recientemente galardonados con el premio Nobel de Economía 2024, autores de “Poder y Progreso”, Acemoglu y Johnson entregan importantes lecciones a países en desarrollo como Chile, relevando la importancia que tienen las instituciones al momento de entregar más y mejores oportunidades a los ciudadanos para generar progreso en los países.
Esto es principalmente importante en países extractivistas y oligárquicos como Chile en que el 33% del ingreso del país se concentra en menos del 1 % más rico (PNUD, 2017).
En este contexto la innovación, se posiciona como una solución clave para los países que buscan transformaciones y desarrollo, y que instale un cambio estructural que permita a todas las personas participar de los beneficios del desarrollo.
Sin embargo, los investigadores describen la evidencia contemporánea e histórica del desarrollo tecnológico, confirmando que “no hay nada automático sobre que las nuevas tecnologías traigan prosperidad generalizada. Que lo hagan o no, es una elección económica, social y política”. Se requieren instituciones robustas que sean capaces de conducir los procesos hacia dichas transformaciones, tal y como hizo Corea, Australia, Singapur, entre varios otros.
Si bien Chile se ubica como la segunda economía latinoamericana en el Índice Global de Innovación 2024, en el ranking global ostenta el lugar 51 (sube un puesto respecto al año anterior), sin presentar mejoras sustantivas y mostrando un evidente estancamiento en los últimos cuatro años.