¿Se pueden abordar y solucionar los conflictos de manera pacífica a través de la negociación, la mediación y el diálogo? Esta es una pregunta que abre una serie de reflexiones, y que para el Centro Nansen para la Paz y el Diálogo -organización noruega con presencia en Chile- resume lo que buscan transmitir a través de sus diferentes actividades con comunidades.
“Los talleres de diálogo del Centro Nansen son transformadores”, enfatizó Alfredo Zamudio, director en Chile de esta institución que tiene como objetivo central entregar herramientas para la transformación pacífica de conflictos, así como la creación de espacios y procesos más dialogantes. “Cuando las personas asisten a estas actividades, creen que vienen a una cátedra, pero se encuentran con un espacio donde además de algunos conceptos teóricos, se practica el diálogo, en un entorno seguro, tranquilo, sosegado. Cambia la forma de cómo la gente mira al diálogo y eso le puede hacer mucho bien a nuestro país”, destacó el director del Centro Nansen.
Este nuevo ciclo de talleres, que duran dos días y son gratuitos, se desarrollaron en cinco ciudades al mismo tiempo, gracias a la colaboración de distintas instituciones, entre ellas la Universidad Alberto Hurtado, que recibió en sus instalaciones a representantes del Centro Nansen durante la semana del 12 de agosto. La actividad realizada en nuestra casa de estudios reunió a 22 personas provenientes de distintos sectores, incluyendo a 10 integrantes de nuestra comunidad.
“En los talleres presenciales se comparten herramientas que pueden ser útiles para crear espacios más dialogantes, ordenar las conversaciones y ver oportunidades de encuentro. En dos días, los y las participantes se escuchan, reconocen la diversidad de sus historias y trabajan el diálogo desde el aprender haciendo”, acotó Alfredo Zamudio.
Diversidad de voces
Algunos/as de los/as participantes de este nuevo ciclo de talleres destacaron cómo la diversidad es clave para el éxito de estos encuentros. Por este motivo, tanto el Centro Nansen como las organizaciones que colaboran en su desarrollo hacen un esfuerzo para convocar a personas diversas, para así aprovechar las experiencias y visiones de cada uno/a.
Isabel Galvis, coordinadora de Selección en Ashoka Fellowship, expresó al término de uno de estos talleres que lo más gratificante fue conocer a un grupo con vivencias muy diversas, transformando la sala en un “espacio seguro donde pudimos conectarnos desde nuestra esencia humana, sin títulos ni roles”. Esta visión fue compartida por Florencia Alves, abogada que trabaja con organizaciones indígenas en Concepción: “Es súper interesante ver a las diversas personas que vienen, con sus distintas personalidades y diferentes roles en el mundo, porque aun así es tan fácil encontrarse, reírse, pasarlo bien, disfrutar y buscar caminos de diálogo, para encontrarnos de verdad como personas”.
Por su parte, Gonzalo Palma, ingeniero de la empresa ENAP, valoró el enfoque humano que el Centro Nansen imprime en estas actividades: “He participado en varios cursos de comunicaciones, pero creo que siempre ha hecho falta darle vuelta al núcleo más central que tiene este tema que es el lado humano, y creo que el método Nansen se ha enfocado principalmente en eso. Aprendimos que el diálogo es un proceso largo y complejo, no es automático, y requiere de mucha presencia, constancia y humildad”.
En representación de los integrantes de nuestra comunidad, Francisco Farías, coordinador de Convivencia Universitaria de la UAH, destacó la flexibilidad de lo aprendido: “El manual y la metodología Nansen no entrega recetas, sino una caja de herramientas e insumos que podemos implementar frente a las necesidades de nuestras propias realidades. Esa es su mayor capacidad”.
Con el apoyo del gobierno de Noruega, y en colaboración con universidades e instituciones del país, el Centro Nansen seguirá realizando talleres de diálogo y promoviendo el uso de esta herramienta, hasta finales del año 2025. “Creemos que nuestro mayor aporte en Chile es contribuir con nuestro granito de arena para reforzar la resiliencia democrática”, concluyó Alfredo Zamudio.