Con una jornada de reflexión, -realizada el pasado miércoles 3 de julio en el Aula Magna-, el equipo del Centro Universitario Ignaciano (CUI) -encabezado por el vicerrector de Integración Cristóbal Madero SJ-, realizó su tradicional encuentro de cierre de semestre, oportunidad en la que todas las personas que participaron en las diversas iniciativas que promueve el CUI pudieron compartir sus experiencias durante la primera mitad del año, reafirmando sus ganas de seguir aportando.
La actividad comenzó con ejercicios para fomentar el reconocimiento mutuo y facilitar la integración entre los participantes. Posteriormente, se desarrolló una dinámica en torno a la parábola del “Buen Samaritano”, en la que se leyó este relato para luego reflexionar -a través de un diálogo participativo- sobre el significado de detenerse y ayudar a quienes lo necesitan, sin “pasar de largo” ante el sufrimiento. En esta conversación grupal se pudieron identificar acciones concretas que se pueden llevar a cabo como comunidad universitaria para contribuir al bienestar de los/as demás, sobre todo pensando en aquellos grupos más excluidos.
Uno de los momentos más destacados fue la oración y bendición final a cargo del capellán Pablo Walker SJ, quien enfatizó en la importancia de continuar deteniéndose en la vida cotidiana, para así tener la capacidad de observar a nuestro alrededor y comprometerse activamente con la ayuda a los/as demás.
Experiencias de estudiantes en voluntariados
Michael Sánchez, estudiante de Derecho, reflexionó sobre su experiencia como voluntario en el Colegio San Alberto Hurtado: “Todos los voluntariados cumplen una función importante al brindar acompañamiento y servicio a personas que, de algún modo, se han dejado de lado. Para mí, ser parte de estos voluntariados significa contribuir en esta noble tarea desde el ámbito del CUI. Un versículo que siempre me inspira es ‘Prestarle al pobre es como prestarle a Dios’ y, en algún momento, eso se recompensará. Sin embargo, yo no he elegido servir por esa retribución. Lo hago para ayudar a quienes lo necesitan, así como nosotros mismos hemos sido ayudados en nuestros propios momentos difíciles”.
Con esa misma convicción, Michael destacó que “no hay gratificación más grande que ver a los niños y niñas sonreír y disfrutar de los pequeños momentos que comparten con uno”.
Asimismo, América Mella, estudiante de Pedagogía en Biología y Ciencias Naturales, señaló que participar en los voluntariados ha significado para ella una vivencia integradora desde el ámbito espiritual, pero también desde el compromiso social. “El ser partícipe de esta comunidad me enorgullece. Ese sentimiento de pertenencia, de territorio y de aporte a la sociedad que he experimentado como voluntaria en el “Taller de reforzamiento educativo” en el Colegio San Alberto Hurtado” me ha brindado nuevos espacios educativos en mi área (pedagogía), además de habilidades socioemocionales y culturales que promueven una experiencia fructífera, tanto en lo académico como en lo personal”.
Con respecto al encuentro, América detalló que fue muy significativo y simbólico. “El ser reconocidas y reconocidos como voluntarios nos hace sentir valorados dentro de esta comunidad. Además, saber que existen diversas áreas donde hemos podido aportar nuestro granito de arena me emociona. Creer que este tejido social se expande es una hermosa señal de que el camino por un mundo mejor no solo es de algunos/as, sino de muchos y muchas”, concluyó.
El CUI y su llamado a no apartar la mirada (ni del otro/a ni de ti mismo/a)
Y así como el buen samaritano del relato bíblico fue capaz de detenerse en el camino, la invitación del Centro Universitario Ignaciano es a dar lo mejor de cada una y cada uno en las diferentes acciones que se organizan cada semestre desde el área Social y Pastoral.
En materia de voluntariados, durante el primer semestre de 2024 se ha trabajado en talleres de alfabetización digital hasta de escritura creativa en cárceles, así como en el acompañamiento socioeducativo en colegios y centros de rehabilitación. En todas estas acciones, muchas y muchos de nuestros estudiantes dedican un par de horas a la semana para marcar una diferencia en la vida de aquellas personas que más apoyo de la sociedad necesitan, pero que algunos/as simplemente eligen no ver.
Por otro lado, el área Pastoral del CUI ofrece cada mes espacios de conversación, además de la lectura del “Oráculo Cristosófico”, con mensajes que promueven el autoconocimiento. Ambas iniciativas están abiertas a toda la comunidad universitaria para que cada uno y cada una pueda realizar su propio ejercicio espiritual, una de las enseñanzas de San Ignacio de Loyola para ayudar a las personas a profundizar su relación con Dios.
Otra forma de participar en el CUI es a través de las actividades al aire libre para conectarse con la naturaleza, por ejemplo, con salidas de trekking en las que también se generan vínculos con estudiantes de otras casas de estudio. Además, y gracias a la colaboración de la Fundación Mar Adentro, el CUI apoya activamente a estudiantes beneficiarios/as de becas complementarias, facilitando su desarrollo académico y personal.
Este encuentro no solo fortaleció los lazos entre los y las participantes, sino que también reafirmó el compromiso del CUI para generar un impacto positivo y duradero en las comunidades a las que sirve, pero sobre todo en el espíritu de quienes concilian sus estudios con el servicio social y pastoral.
Para más información sobre los voluntariados y programas, puedes contactar a la coordinadora de Área Social, Belén Marín, (bmarin@uahurtado.cl) o la coordinadora de Área Pastoral, Francisca Rodríguez, (frrodrigug@uahurtado.cl).