En 2009, Cristina Calderón fue reconocida como Tesoro Humano Vivo por la UNESCO por ser la última hablante nativa de la lengua yagán. En su comunidad la llamaban abuela Cristina, y el solitario relato de su idioma dio la vuelta al mundo.
Aprendió a hablar esta lengua índigena gracias a sus padres y abuelos, mientras los veía trabajar en la pesca y otras actividades ancestrales de la cultura yagán o yámana. Este pueblo nómade, que ha habitado en el extremo austral del continente desde hace más de 7000 años de acuerdo a registros antropológicos, entró en contacto con los barcos mercantes que pasaban por la ruta de Cabo de Hornos en las primeras décadas del siglo XIX.
Al igual que sus pueblos vecinos, los kawéskar y los selk’nam, se enfrentaron a misiones de colonización y su población se vio drásticamente reducida por las enfermedades contraídas de los visitantes extranjeros. Los yaganes estuvieron al borde de la extinción, hasta que algunos descendientes se asentaron en la Isla Navarino, región de Magallanes, donde la mayoría de la población se encuentra hasta hoy. Sin embargo, y como pasó en otros casos de pueblos originarios, tuvieron que adaptarse al español y a la vida en sociedad.
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En toda la isla, sólo la familia de Cristina mantuvo el idioma yagán como primer idioma, y tras el fallecimiento de sus dos hermanas, Cristina ya no tuvo con quien hablar su idioma nativo. Se esforzó en enseñarle a otros descendientes de yaganes, pero nadie consiguió la fluidez necesaria para entablar una conversación con ella. Ni siquiera sus hijos y nietos, quienes debieron adoptar el español como nativo.
Lenguas indígenas en extinción: El yagán tras la muerte de su última hablante nativa
De acuerdo a la UNESCO, existen más de 6000 idiomas distintos en todo el mundo, y el 40% tiene un alto riesgo de desaparecer. Se trata principalmente de lenguas como el yagán, que son habladas por comunidades que se han enfrentado a la colonización o desplazamiento. Por ello, cada 21 de febrero esta entidad conmemora el Día Internacional de la Lengua Materna.
La lingüista Sabina Canales de la Universidad Alberto Hurtado explica que “un idioma no es solo un sistema de palabras y significados, sino que está cargado de identidad. Tenemos una diversidad de lenguas porque tenemos una diversidad de culturas”.
En Chile existen diez pueblos indígenas que aún tienen vigencia en la actualidad. Cerca de un 84% de las personas descendientes de culturas originarias en el país pertenecen a la cultura mapuche, seguido por los aymaras y los diaguitas, de acuerdo a IWGIA. Loncón comenta que menos del 10% de ellos habla su idioma originario como primera lengua, y que esto es un problema para preservar la cultura.
Canales cuenta que la importancia de los idiomas para los pueblos originarios se puede ver en casos como los del pueblo Chango, del que no existen vestigios de su idioma y por lo tanto “se piensa que no existieron”, por lo que se puede hablar de una carencia de esta identidad en el patrimonio cultural de Chile.
A su vez, la lingüista hace énfasis en la importancia de ver el español usado en Chile como la lengua materna de la mayoría de personas en el territorio nacional. Este “español chileno” se ha nutrido de palabras provientes de las culturas originarias, y junto a otras variaciones como la aspiración de algunas letras o entonaciones según la zona del país, “son parte de la diversidad lingüística que se debe respetar”.
Sabina Canales es Licenciada en Lengua y Literatura de la UAH.