Fuente: La Tercera
A fines de este mes entrará en vigencia la ley que promueve la conciliación de la vida personal, familiar y laboral. Sin duda es un paso importante en materia de cuidados, de trabajo decente y de equidad de género.
En materia de cuidados, esta ley establece una serie de innovaciones a favor de miles de trabajadoras y trabajadores del sector privado que tienen a su cargo el cuidado no remunerado de menores de 14 años; de adolescentes menores de 18 años con discapacidad; o de personas en situación de dependencia severa o moderada, cualquiera sea su edad.
En lo que respecta al trabajo decente, incorpora flexibilidad y nuevos derechos para las personas trabajadoras que ejerzan labores de cuidados no remunerados. Por ejemplo, el ejercicio preferente del feriado legal durante el periodo de vacaciones definidas por el Ministerio de Educación, la modificación transitoria de turnos, y que todo o parte de la jornada diaria o semanal pueda ser desarrollada bajo la modalidad de trabajo a distancia o teletrabajo, siempre que la naturaleza de las funciones lo permita.
Pero sobre todo avanza en equidad de género. Con estas medidas posiblemente más mujeres podrán incorporarse al mercado laboral o permanecer en él. Según datos del INE (2023) la tasa de participación de los hombres en el mercado laboral alcanza el 71,4%, mientras que la participación de las mujeres representa un 51,1%. Por otra parte, mientras el 3,4 % de los hombres está fuera de la fuerza laboral por responsabilidades familiares permanentes, las mujeres lo están en un 32,5%. Es decir, una de cada tres mujeres no es parte de la fuerza de trabajo porque ejerce tareas de cuidados. Con esta ley, se avanza en romper con el círculo vicioso de cuidados, pobreza, desigualdad y exclusión, transformándolo en un círculo virtuoso de autonomía económica para las mujeres.